28 feb 2015

Carnaval de La Vega

Hoy ha sido el día grande del Carnaval Vegano, en La Vega, una pequeña población del Valle del Cibao, a 120Kms. de Santiago, donde todos los años se celebra  la manifestación más importante de su cultura popular con el pasacalle de los "Diablos Cojuelos", unos sorprendentes personajes que dan vida a demonios de enormes hocicos antropomorfos y terroríficos dientes. Cada domingo de febrero, por la tarde, los diablos salen a la calle armados con sus vejigas de res, golpeando a todos los que tengan expuesto sus "distraídos  culos". 
Como desconocía si podía encontrar donde alojarme este fin de semana allí, decidí acudir solamente a pasar el día y gozar de su célebre desfile. Así pues, una vez descansado en algunas playas del norte del país, me vuelvo a desplazar hacia el centro de la isla. 
Para salir de Cabarete el mejor y más económico medio de transporte es el MiniBus. Sólo me hizo falta esperar en el cruce de entrada al SurfCamp Cabarete unos pocos minutos para que pasara uno y subirme. En principio mi intención era apearme en Sosua, en la oficina de Caribe Tours donde tiene su última parada la línea del Norte, para desde allí subirme a una de sus guaguas climatizadas que hace el trayecto directo de vuelta a Santiago, pero el conductor del M.B. me dijo que desconocía los horarios de transporte de la compañía y que posiblemente no hubiera ninguna a esas horas. Así que me fié de él y continuamos el viaje hasta Puerto Plata (100P). Efectivamente, como era de esperar, a poco de salir de Sosua una de las guaguas de C.T. llegaba a su destino final. Estaba claro que querían asegurarse conmigo un asiento hasta P.P. aún sabiendo de la existencia de esas guaguas. Cosas del viaje!.
En poco más de una hora llegamos a Puerto Plata, el M.B. fue dejando a pasajeros en diferentes puntos de la ciudad hasta que me alcanzó a la estación de Caribe Tours con el tiempo justo de comprarme un boleto para coger la guagua, que precisamente llegaba de Sosua y que hace la ruta hasta Santo Domingo, parando también en Santiago.
La vuelta a Santiago fue tan rápida y cómoda como era de esperar. Dejé mis mochilas nuevamente en el Hotel Colonial y sobre la marcha subí a un Minibus de la compañía Transporte Pinar que está al lado del hotel y que hace el trayecto a La Vega cada 15 o 20min. (75P.), hasta las 8 o 9 de la noche. Una vez que la Autopista Duarte (o la Nacional 1) abandona la ciudad conduce a través de pequeñas poblaciones, campos de cultivos y vegetación. Como los cultivos dependen de las lluvias, que son abundantes, esta parte del país está considerada como el granero agrícola por excelencia de R.D.. Se cultiva arroz de riego y de secano, maíz, habichuelas, cacao, café, yuca, bananas, etc.. Su rico sistema hidrográfico compuesto por ríos de diferentes tamaños y cañadas propicia una irrigación adecuada de la tierra que facilita el cultivo de muchos productos agrícolas mas.
La Vega se encuentra en la parte Este de la región del Ciabo-Sur, entre las cordilleras Central y Septentrional. El MinuBus se detuvo en la Estación de la Avda. Pedro A. Rivera y sólo era cuestión de caminar hasta el Parque Duarte, como punto de referencia, para encontrar toda la esencia carnavalera de la ciudad. Como llegué a medio día, poco a poco iban acercándose a los vecinos. Así que me lo tomé con tranquilidad y curioseé por los alrededores haciendo tiempo hasta las 5 de la tarde, hora prevista para el comienzo del espectáculo. 
Comentan los historiadores que la primera fundación de "La Vega Real" la realizó Cristobal Colón en 1494 y que más tarde un terremoto la destruyó. Se volvió a construir nuevamente en varias ocasiones hasta su actual ubicación, y que las primeras manifestaciones de su carnaval se remonta a 1520 en lo que hoy son las Ruinas de la Vega Vieja, en ocasión de una visita de Don Fray Bartolomé de las Casas. Se tenia noticia que aquellos primeros habitantes se disfrazaban de Moros y Cristianos en una festividad religiosa y que han evolucionado hasta estos tiempos. Durante años el Carnaval Vegano mantuvo su expresión predominantemente españolizada, simbolizada en una expresiva teatralización, el baile de cintas y sus Diablos Cojuelos con trajes simples de satén de color rojo, amarillo, verde y con sus máscaras representativas del diablo medieval, andromorfo, con sus dos cachitos frontales clásicos, orejas grandes, boca abierta y dientes al aire, la cual fue posteriormente criollizada con barba de chivo. Esta dimensión pintoresca, herencia colonial, se transformará con la presencia afro, donde jugaron importante papel migraciones cubanas y los pobladores de los barrios populares de la Vega

El Diablo Cojuelo, un demonio con una historia oscura, desterrado a la Tierra a causa de sus travesuras infantiles. Al golpearse contra la Tierra se lesionó la pierna, de ahí su apodo "cojuelo". Aunque la mayor parte de las ciudades y pueblos dominicanos tienen su propia versión de este demonio, en todos se caracterizan por el uso de una máscara endiablada, un vistoso traje, cascabeles, una vejiga de res llena de aire que utiliza para golpear a la gente en las calles o un látigo para castigar a otros diablos. Es en 1947 cuando se hace tradicional. 
Hoy día el Carnaval de La Vega es considerado la manifestación más importante de su cultura popular y que más ha crecido en el país. Cada domingo del mes de febrero en horas de la tarde, los Diablos Cojuelos salen a la calle armados de sus vejigas de toro, golpeando a todo el que ose bajar a la calle, pero respetando a los que se mantienen en la acera o calzada. 
Los Diablos más pícaros van en busca del "culo desprevenido", es decir del vecino/a al que se le pueda golpear con una "bola" en el culo mientras está distraído. Es una continua repetición de acción. Y realmente pegan duro, y fuerte, y con mala leche!. Hacen daño. Lo que antes era una vejiga de res ahora es una bola de goma, o de corcho duro, envuelto en tela que utilizan de "lanzadera" sólo contra los traseros mientras lo tengan expuestos. No se puede golpear contra ninguna otra parte del cuerpo. Parece ser que eso le gusta mucho a la gente, sobre todo a los que están resguardados y esperando que golpeen a otros para reírse a carcajadas. Algunos se enfadan de verdad y llegan a pelearse. Y es que es un poco salvaje la forma de atizar con tanta rabia. 
Desde la tarde hasta bien entrada la noche, los gritos y el sonido de las vejigas se apoderan de las calles principales de La Vega. El centro de la actividad es la calle Padre Adolfo, el Parque de las Flores y sus alrededores, donde los diablos azotan a los transeúntes que los provocan o abandonan la calzada en un desfile de diferentes comparsas y grupos (más de 80) que van dando vueltas por esas calles al ritmo que marcan los grupos y las Carrozas musicales. 
Actualmente el carnaval vegano es el evento cultural más importante de esta ciudad que lleva el nombre del fértil valle que la sustenta y ha sido declarado Patrimonio Folklórico Nacional por la Cámara de Diputados
A mi no me gustó el sentido de este desfile, dando vueltas y vueltas por las mismas calles y pasando tremendo calor, al contrario que los trajes y las máscaras que son extraordinariamente hermosos y bien trabajados en papel maché y pinturas brillantes. 
Kioskos con bebidas, puestos ambulantes con comida, vendedores de bebidas frías... vigorizan a los asistentes hasta bien entrada la noche cuando la mayoría se retiran a sus casas y el resto con ganas de más jolgorio se concentran en los lugares acondicionados donde hay música para seguir su fiesta particular.