28 may 2014

Callejeando por La Habana

La parada de la Cía. Viazul de Matanzas se encuentra en la estación de Omnibus, en la calle 171 (Carretera Central), a pocos minutos a pie desde el Puente  metálico Calixto García, por la calle 272. Desde ahí se pueden tomar guaguas a diferentes destinos. Uno de ellos es hacia La Habana (7cuc), una guagua bien "refrigerada", como todas las de esta compañía, y que está en buenas condiciones de mantenimiento. La carretera también.
Atravesamos pequeños asentamientos de viviendas bajas, amplias campiñas verdes donde predominan las Palmeras Reales y cruzamos el Puente Bacunayagua, una intrépida construcción sostenida por pilares con elegantes arcadas, considerada una de las siete maravillas de la ingeniería civil cubana. Enlaza la zona norte de Matanzas con la capital del país. A punto ya de cumplir medio siglo, por ese viaducto circulan diariamente miles de vehículos y aunque puede considerarse todavía seguro transitan por él mucho más de los previstos antes de su construcción. Desde sus 110mts. de altura se observa a lo lejos por un lado la ostentosa vegetación del extenso y fértil Valle Yamuri y por el otro la desembocadura del cauce de lo que pudo ser un caudaloso río Yamuri el resplandeciente océano atlántico. 
Durante el recorrido se puede observar con intermitencia diversas series de torretas de perforación petrolífera. Dicen que el petróleo que extraen no es de muy buena calidad y que llevan años trabajando en el lugar. Aunque muchas de ellas ya están abandonadas.
La costa por la que vamos circulando está bañada por aguas turquesa y jade donde destacan algunas calas de blanca arena coralina. Playas de Guanabo y Santa María del Mar son destinos de fin de semana bastante visitadas por los cubanos de la capital y de esta zona. Los meses de verano son los de máximo apogeo.
Guanabo es una pequeña ciudad de unos 12.000 habitantes situada a 20kms. de La Habana. Su playa de arena coralina es algo rústica pero de excelente calidad, agua azul turquesa y con una temperatura que permite el baño durante todo el año. Hay posibilidad de hospedarse en casas particulares.
Santa María del Mar posee una mayor infraestructura para el turismo con cantidad de hoteles de alta calidad
Para quienes se quedan en la zona de Habana Vieja o Central, el guaguero se detiene justo a la salida del túnel de la Avenida del Puerto, que pasa por debajo de la bahía de la Habana, a pocos metros del Museo de la Revolución.
Un revuelo de ciclotaxistas y comisionistas de Casas Particulares esperan la bajada de los pasajeros para informarles sobre los alojamientos -con su correspondiente comisión por noche (normalmente 5cuc) que será cargada en el precio de la habitación-, o trasladarlos a sus destinos correspondientes a desorbitados precios.
Yo me hospedé primeramente en la calle San Rafael, una zona muy activa de la Habana Central donde se concentran los comercios en general a los que acuden los habaneros para realizar sus compras diarias, muchas tienditas, ventanas de casas que dan a la calle ofreciendo todo tipo de comidas o bebidas, cafeterías, pequeños restaurantes y algunos  Paladares que proponen simples comidas a muy buenos precios (en moneda nacional o Peso Cubano CUP). También en CUC.
Apenas vi pasear por esa zona a algún turista, concentrándose prácticamente todos en la zona de hoteles de Paseo Prado y en la Habana Vieja. Esta es época de baja ocupación por lo que los precios se pueden negociar.
Como la casa de huéspedes (Casa Particular) que elegí quedarme no fue de mi agrado (había llamado un día antes por teléfono para reservar habitación) ya que sus propietarios son personas bastantes mayores y cada vez que regresara a casa de noche tendría que tocar el timbre y despertarlos para que me abriesen la puerta del zaguán, consideré que no era plan seguir hospedándome allí a pesar de que ellos me advirtieran que no había problema por ello. La situación del inmueble ciertamente es inmejorable y es de las más económicas  de la zona (20cuc). Dispone de buenas vistas desde la azotea, donde se encuentra la habitación, a la estrecha calle inmersa entre vetustos edificios coloniales y su gente del barrio realizando sus rutinarias costumbres, principalmente los más jóvenes que se reúnen para jugar o charlar en grupo, vecinas que se llaman a gritos, vendedores ambulantes que vociferan sus artículos, compradores de ventiladores rotos o los mayores sentados en las puertas de sus zaguanes "alegando" tranquilamente. Es característico que en cualquier calle de esta capital suceda casi a diario los mismos acontecimientos.
Pero preferí buscar otro lugar céntrico donde alojarme con más libertad de movimiento. Así pues, mapa en mano lo primero que hice fue callejear unas pocas horas por la zona en busca de Casas a precio asequible, también  en busca de lugares baratos donde comer e investigar un poco por las calles de La Habana Viejapasando por el Capitolio Nacional, que está en obras éstos días y cuando se reabra ya no será un museo como lo fue en el pasado donde se pueda explorar las diferentes cámaras, las habitaciones y usar Internet mientras se toma unas cervecitas con vistas al Prado. Será convertido en oficinas. Luego por Prado hacia Obispo, la principal calle peatonal, lleno de turistas como cabría esperar, con un montón de entretenimiento y de "momentos fotos". Me encontré con mimos, exposiciones de arte, de cuadros, músicos tocando en los bancos de algunos parques, personas y animales vestidos sólo para ser fotografiados (el Che, dos santeras con puros apagados haciendo poses, tres hermosos perros pequeños con gafas y sombreros de paja sentados en una cesta de una bicicleta esperando pacientemente, y que parecían bastante contentos de aceptar la constante atención, o un perro con una rata blanca en su espalda. Terrazas y bares con música palpitante en vivo, Museos y Galerías en abundancia. Algunos de los más pequeños son gratis, pero el resto el costo de las entradas puede hacer disparar muy rápidamente el presupuesto diario. Determinadas salas no permiten la fotografía y aquellas en las que sí se puede normalmente piden una cuota de 5cuc adicional por cámara.
Continuando hacia la calle empedrado y su "Bodeguita del Medio", la Catedral, la Plaza de Armas, el Templete, el Castillo de la Real Fuerza, y llegando finalmente a parte de su Malecón (mide aprox. 7kms.) para sentarme, ya atardeciendo, y degustar mi primera más que ansiada Cerveza Bucanero bien fría mientras observaba por un lado el movimiento de vetustos "carros" por la Avda. del Puerto, y por el otro la bahía de la Habanadonde se puede admirar desde la orilla del Reparto (barrio) Casablanca, la enorme estatua del Cristo de La Havana, hasta la Fortaleza San Carlos y el Castillo de los Tres Santos Reyes Magnos del Morro.
Es posible pasar muchas horas simplemente vagando tranquilamente por las calles, pero sí que vi a muchos turistas hartos de la constante insistencia de jóvenes ofreciendo tabaco, taxis, cocotaxis, bici-taxis o paseos en coches de caballos. Al igual que en Matanzas, gracias al color de mi piel y mi vestimenta (parecido a ellos), no fui centro de atención de esos buscavidas. Y se agradece!.
Muchas viviendas donde habitan familias enteras están en estado realmente ruinoso, otros edificios de hermosas fachadas están caóticas y con claros indicios de posible caída a la vía pública, pero también hay muchos otros en muy buen estado de conservación. Hay bastantes obras por toda la ciudad y eso es una muy buena señal pues se está invirtiendo gran cantidad de dinero por parte del gobierno y por diferentes organizaciones internacionales.
Ya anocheciendo, buscando un lugar donde cenar cerca de donde mi alojamiento entré en Beauna Cafetería de comida rápida, para pedir un plato de espaguetis con jamón (1,30cuc) y tomar unas cervezas Cristal (1cuc). Mientras veía unos vídeos musicales en su televisor de plasma conocí a Yaneli, una joven que visitaba en ese momento a sus ex-compañeras de trabajo. En seguida identificó mi acento canario ya que tiene algún amigo palmero. Entre cervezas, música y distendida charla, al comentarle que en mis planes de viaje por Cuba estaba poder asistir a una celebración de los "Quince Años" (fiesta tradicional de cumple años muy especial para las jovencitas cubanas) me advirtió que casualmente ese mismo sábado se iba a celebrar una en casa de sus allegados. Bingo!!, no me lo podía creer!. Me invitó, así que iríamos juntos.
La Fiesta de los Quince la celebran todas la familias cubanas (las que pueden) y recae en la niña que va a pasar por esa "edad especial" en la que ya pueden arreglarse como las mayores. Viene a ser una mayoría de edad social. Es decir, usar taconazos, teñirse el pelo, tatuarse "de verdad", tener novio serio.... 
Igualmente, aprovechando que conocía a una familia que también tenía alguna habitación para alquilar y daba llave de la puerta de entrada a la casa -y así no me sentiría tan "culpable" de molestar a altas horas de la noche a nadie-, me acompañó para verla. Por 20cuc/25cuc según temporada (supongo que se agenciaría 5cuc de comisión por noche) me hospedaría en casa de María y Judith, en la calle Escobar, a varias cuadras de donde ya me estaba quedando, y a cien metros del Malecón, en una primera planta que, aunque la habitación es interior y con tragaluz, está en muy buenas condiciones de habitabilidad (algo que obliga el servicio de inspección de Turismo). Dispone de climatización, ventilador, una pequeña nevera y baño muy limpio interior. Me obsequiaban casi todo el día con café, y jugo de frutas todas las mañanas. María, Mimi, Judith y Olguita (su hija), viven en esa casa pero en ningún momento hacen sentirse incómodo sino todo lo contrario, libertad de movimiento, pudiendo entrar y salir a cualquier hora del día y la noche sin molestar. Ni que decir que esto también incluía largas horas de conversaciones de toda índole, sorbito a sorbito de café. 
Lo primero que me llamó la atención fue una pequeña libreta que tenían sobre la mesa, la famosa “Libreta de Racionamiento”. Risas aparentes me dieron a entender que de racionamiento poco. Se quejaban principalmente de la bajísima calidad y la escasez de los productos que corresponde a cada cubano. Dicen que con la libreta nadie vive, pero sin la libreta muchos no podrían seguir viviendo.
La Libreta fue creada por decreto en 1.962 cuando el bloqueo económico de EEUU afectaba de lleno al suministro de productos básicos en toda la isla. El país importa más del 75% de los alimentos que consume. La caída de la URSS supuso para Cuba la desaparición de un subsidio anual por más de 4.000 millones de dólares. Hoy por hoy cada cubano recibe al mes menos de 1kg. de arroz, 1/2 botella de aceite, varios panecillos de mala calidad (la harina), algunos huevos, frijoles, ¼ de pollo, algo de pasta y unas pocas libras de café de mala calidad (mezclado) y de azúcar (que a veces no es ni cubano). A los niños pequeños les corresponden un litro de leche, algunos yogures, material escolar para el comienzo del curso, y raciones especiales para las grandes ocasiones como tartas para cumpleaños, o ron y cervezas (dispensada) para las bodas. Son alimentos subvencionados por el estado. 
Las tiendas estatales se encargan de distribuir esas “raciones” (cuando hay) y, a pesar de su carácter “igualitario”, ha ofrecido durante más de cincuenta años a todos los ciudadanos cubanos el acceso a unos pocos alimentos básicos, pero a precios muy asequibles. Son alimentos subvencionados por el estado que asume el 90% del precio y regula al detalle qué y cuánto puede comprar cada cubano pero desgraciadamente mientras siga el execrable bloqueo económico de la extrema derecha americana y europea, hasta ahora no hay otra alternativa.
Por otro lado, existe la picaresca de prácticas de trueque y reventa en el mercado negro (como sucede constantemente en Venezuela). Todos están de acuerdo en que la apertura económica que está sucediendo lentamente en Cuba por parte del gobierno de Raúl Castro la condenarán a su desaparición en breve.
Hablamos de todo. De antes y después de la Revolución. De cómo han cambiado la vida de los cubanos con los Castros. De la política que actualmente implanta Raúl, el nuevo presidente del estado. De los CDR (Comité de Defensa de la Revolución), el "Gran Hermano del gobierno", los ojos que todo lo ve, del férreo control mediante el "Chivateo" para conseguir mejoras sociales a costa de los que tienen una opinión particular de la política actual, aunque ya no es tan duro como antaño. Así pues, ningún barrio se escapa de su control. Parece ser que quien quiera conseguir un puesto de trabajo es necesario un informe favorable del comité!.
El sistema CDR se creó en 1.960, un año después de la revolución cubana, como una red de grupos de vecinos que espían a los residentes y erradican cualquier actividad tanto subversiva como de drogadicción. La mayoría de los cubanos se registran formalmente como miembros de sus CDR locales -las estadísticas oficiales muestran que más del 93% de los cubanos mayores de 14 están censados en la organización-, fomentan la movilización de los partidarios como uno de sus objetivos principales, obligando bajo estricto controles a la participación en las elecciones, en las asambleas o en las concentraciones políticas. Participan también en tareas de salud, higiene y de apoyo a la economía de la comunidad. Es un arma de reclutamiento. Los cederistas son los responsables de barrios.

Los siguientes días seguiría callejeando relajadamente con Yaneli que me acompañaría en ocasiones como guía mostrándome algunas costumbres, los precios que pagan y las maneras de trasladarme en los distintos transportes públicos por La Habana y barrios adyacentes, visitando primeramente el barrio de Regla donde se encuentra su ermita y el Museo del mismo nombre.
Se puede acceder en barcaza (20cvs. de cup) o en guagua (1cup) bordeando la bahía de La Habana. Forma parte del distrito marinero junto al Reparto Casablanca, y está ubicado enfrente de la Habana Vieja, en la orilla opuesta de la bahía donde se encuentra la pequeña ermita blanca de la patrona de la ciudad, la Virgen de Regla, una Virgen de tez negra con un niño blanco en los brazos, que sincretiza con la Orisha Yemaya, diosa del mar.
Regla se caracteriza porque muchos de sus habitantes tienen un contacto muy cercano con la Santería Cubana (religión sincrética afrocubana) aunque no se aprecie a primera vista.
Se trata de un lugar con genuina cultura afro-hispánica, pues desde el s.XIX los esclavos traídos hasta aquí han desarrollado sus cultos de origen africano que hoy caracterizan la vida religiosa local. Cada uno de ellos aportó a la cultura popular del país sus componentes de música, cantos, bailes, artesanía ritual y comidas, y precisamente en su Museo se exhiben objetos de uso religioso que testimonian su presencia en esta localidad.
La Sociedad Secreta Abakuá (o Ñañiguismo), la Regla de Ocha (o Santería) y la religión Conga (o Regla de Palo Monte) predominan entre los referidos cultos. Los conocedores aseguran que Regla es considerada la "cuna del ñañiguismo afrocubano", por ser el lugar de creación en 1836 de la primera sociedad ñáñiga bajo el nombre de Efik Butón.
Este templo, construido definitivamente en 1.818 tras diferentes incidentes, desde sus inicios ha sido escenario de hechos históricos que han marcado a la localidad y la han transcendido, desde los propios sucesos encajados en la leyenda popular, en relación con la Virgen, los personajes que han estado vinculados al lugar y que le otorgan gran valor histórico, hasta el carácter mítico de la Virgen como protectora de las aguas.
Rodeada por una verja de hierro con barrotes como lanzas y pilastras cuadradas de mampostería, está construida con proporciones casi cuadrangulares de estilo neoclásico, está dividida en tres cuerpos donde sobresale el central en forma de pórtico de carácter neogriego coronado por un frontón triangular que se apoya sobre un arquitrabe y un friso liso, sobre el que corre la cornisa base del frontón. Estos componentes, junto con las columnas de orden dórico -levantadas sobre una base-, conforman el ámbito de entrada con un arco de medio punto apoyado sobre pilastras. El cuerpo del pórtico está formado por una bóveda apoyada sobre cuatro arcos.
El otro elemento que destaca en la fachada es la torre campanario: cuadrangular levantado sobre una base, horadado en cada una de sus caras por vanos con arcos de medio punto -a cada uno le corresponde una campana-. La cúpula esférica, apoyada sobre este volumen cúbico, sostiene a su vez una linterna cubierta con un pequeña cupulilla donde se asienta una cruz de hierro.
Desde la entrada se aprecia, al fondo, el altar mayor recortado sobre la pared blanca, donde se establece un contrapunteo entre influencias neoclásicas y algunas reminiscencias barrocas. Justo en el centro se encuentra la imagen de la patrona de las aguas -una réplica de la Virgen de Regla-, que continúa fiel a la descripción de la versión original, a excepción de una llave a sus pies, símbolo de la capital y de su ornamentación con siete collares policromados , que visto desde lejos semeja la bóveda celeste.
En su interior, el santuario mezcla los dos colores que impregnan a esta ciudad bañada eternamente por las aguas: el azul y el blanco que combinan para brindar una cálida hospitalidad enriquecida con una inmaculada pureza que causa sensación de placidez. De las vigas del techo cuelgan hermosas lámparas. Otra capilla de la Virgen de Regla se halla a unos diez metros fuera del templo, mandada construir a principios de este siglo por una devota suya. Es también muy venerada por el pueblo y se la ve rodeada de flores y velas encendidas.
Por el lado izquierdo del altar mayor se encuentran unas figuras de Santa Teresita (Santa Teresa del Niño Jesús), Nuestra Señora del Carmen Santa Teresa; a esta altura se haya la entrada que conduce al altar consagrado a la Patrona de la bahía y a la modesta capilla del Santísimo, en lo que pudiera considerarse una nave lateral, precedida del altar dedicado a la Virgen y un cuadro que representa La última cena; tres reclinatorios y tres filas de bancas componen el espacio, cubierto con techo de madera, mucho más sencillo que el de la nave principal. Luego, las imágenes de Santa Rita de CasiaJesús de Nazaret y San José, que son interrumpidas por el púlpito; prosiguen, por el propio lado del recinto, San Juan Vianney (Santo Cura de Ars), San Antonio Abad y San Juan Bosco.
Justo en la cara opuesta de la espaciosa nave, reanudando la misma dirección e igual orden, se suceden las imágenes de Nuestra Señora de la Medalla MilagrosaSan Antonio de PaduaSan Francisco de Asís (San Francisco), San LázaroSagrado Corazón de Jesús, Santa Bárbara, el Niño Jesús de PragaNuestra Señora de la Caridad  y  Nuestra Señora de las Mercedes.
Sin duda alguna este barrio es como un mundo aparte. Su armonía y tranquilidad no tiene que ver en nada con el bullicio de La Habana. Sus calles están flanqueadas por viejas casonas en las que hay negocios como peluquerías, pequeños comercios, restaurantes y yerberos. Casi ningún turista se acerca a visitar esta parte de la ciudad, no sé si por temor o por ignorancia de la vida espiritual de aquí se siente. Destaca la casa-museo donde se exponen objetos cotidianos de uso religioso que testimonian el origen del Santuario de la Virgen de Regla, la evolución de la localidad entre los siglos XVII y XVIII, la actividad económica en el puerto habanero durante el s.XIX, el aporte de los inmigrantes europeos, africanos y asiáticos, las visitas de José Martí (conocido como "el apóstol de la Independencia de Cuba"), la participación de los reglanos en la Guerra de Independencia de 1.895, la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista (1.952-1.958) y el triunfo de la Revolución Cubana (1.959). 
Su placita Guaicanamar es el centro neurálgico en el que se desarrolla la vida social y bulliciosa de sus habitantes y donde se encuentran el teatro Céspedes y el Café-Restaurante Tropical repleto, en muchas ocasiones, de parroquianos. Un poco más allá está la insigne Colina Lennin, declarada Monumento Nacional en 1.984, al cumplirse 60 años de la muerte de Lenin, y ahora en muy mal estado de conservación. Por ser uno de los lugares más alto del municipio, hace posible que se pueda ver desde varios ángulos un bello panorama de todo el entorno. Puede ser utilizado para la defensa del territorio en caso de ataque enemigo, pues se han construido túneles para proteger a la población en caso de sorpresas inesperadas por aire o mar, ya que esta localidad es uno de los puntos estratégicos que puede tener en cuenta el enemigo debido a la existencia de instalaciones económicas muy importantes para el desarrollo del país.

La primera sorpresa del viaje llegaría el sábado cuando gracias a Yaneli, Chabeli, Luisa, Astric, Yaima, Fani, Ricardo, Echun y demás, pude asistir al quince Cumpleaños de Talía, hija de Mercedes en Vedado, un barrio de La Habana donde aún quedan pequeñas zonas arboladas entre altos edificios y casas terreras.
Cuando llegamos estaban comenzando a hacer un puerco (cochino) en el patio trasero de la casa -que no es otra cosa que un pequeño descampado rodeado de estacas de maderas y algunos árboles que hacen de deslinde del terreno- dentro de un bidón al fuego de maderos. Otra parte del gorrino iba a ser asado en barbacoa para hacer Chicharritos (corteza frita).
En dos mesas se pondrían varias bandejas de arroz y frijoles (congrí), boniato sancochado, ensalada de pasta, la carne de cochino, albóndigas, bocaditos de jamón y dos tartas encargadas en una tienda de dulces.
Una fiesta que no se caracterizó precisamente por la profusión de fotografías de familiares e invitados para inmortalizar el memorable evento, y eso que casi todos tenían teléfonos con cámaras. Ni siquiera la cumpleañera cortó las tartas, ni dio paso a comerla (?). Es decir, que cada uno podía servirse trozos en cualquier momento sin avisar ni contar con los demás (?).
Las cervezas y el ron fluían constantemente desde la rudimentaria y desaliñada cocina donde se encontraban varias cajas plásticas con hielo que servían de frigoríficos improvisados. El resto de habitaciones, con puerta y cortina de entrada a la vez, son utilizadas como dormitorios. Otra serie de estancias dan a un corredor exterior de tierra. Aunque es una casa terrera grande es vetusta y está muy mal conservada por sus moradores. En general, y aquí en particular se ha preferido, indudablemente gastar lo más que se pueda en "fiestas" antes que restaurar la propia casa donde viven. Aunque sea del estado, y no esté permitido realizar obras sin permiso, tan sólo pintar conservaría muy bien la imagen de la misma. Costumbres!.
En Cuba, como antaño en España, en las casas llegan a habitar varias generaciones, repartiéndose las habitaciones y las camas como se pueda. Pocos muebles y mucho espacio para compartir. Sin embargo, casi todas tienen Televisor de plasma, Video, Lectores de Cd/Dvd y aparatos de música.
Al caer la noche, una gran cantidad de invitados acudió a la casa, muchos de ellos eran de la edad de Talía, por lo que algunos se cogieron una buena cogorza (estar "tomado"). Entre cantos, bailes de reguetón y salsa cubana discurrió el jolgorio. Me pareció una celebración carente de complicidad familiar. Incluso la niña, según me contó la madre, no quiso obsequios sino dinero para comprarse SU ropa. La sesión fotográfica del "book" suele costar más que la propia fiesta, y todas quieren su particular Reportaje en el Libro de Fotos. Varios grotescos trajes de Princesa, o de Boda, o de Fantasía, no sé como explicarlo, son cedidos por el fotógrafo e incluidos en el precio del reportaje.
Puedo pensar que los "Quince" es más simbólico que real. Es la edad, según ellas, más bonita. Parece ser que tienen claro que luego se van desbaratando toda, o algo así (?). Pero esta fiesta me resultó si acaso extraña por un exceso de apariencia por parte de la niña y algunas de sus amigas. Ni que decir de las "posturitas" de los muchachitos bien peinados con fijador, cejas depiladas y "ropita" de marca!!.
La niña salió con enormes zapatos de plataformas y taconazos verdes chillón haciendo juego con el traje (tipo palabra de honor) estampado con colores de verano. Se cambió en varias ocasiones de ropa durante la noche. El tocado sencillito del pelo indicaba prácticamente su estatus en este grupo social que se prima mucho la apariencia, o la falsa opulencia, aunque aquí en Cuba casi nadie lo pasa tan mal (al menos como se nos quiere vender allende los mares). Se vive relativamente bien si lo comparamos a Europa. Nadie pasa hambre y todos tienen donde dormir. Por mi experiencia, estoy muy seguro que en mi isla hay muchos más necesitados que en ésta.
Había oído y leído que se realizan otras celebraciones (jolgoriomucho más espléndidas en la calle del barrio con orquesta o Dj. Pero eso suele ser de gente que puede invertir más dinero en la fiesta de su hija, y aparentar que se tiene mucho aunque no sea cierto. En muchísimos casos el dinero llega de familiares que trabajan y viven fuera de la isla.
Sin duda alguna, en Cuba no hay que entender nada. Todo discurre como es y viven evidentemente a su manera.
Algo anecdótico le sucedió el año pasado a un viajero francés que conocí el otro día. Fue invitado el día de los padres en la Casa donde se hospedaba. Me contó que se reunió casi toda la familia en la mesa para almorzar. Una vez acabados de comer ofrecieron los regalos al padre y cada uno se fue por donde vino. Sin más. No hubo nada más. Se quedó con su mujer sentado, asombrado, mientras todos se iban yendo. Le pareció poco ético. Pero así parece ser que son las costumbres!! Cierto es que aquí en esta isla ya nada me parece extraño.

Y al día siguiente, domingo, me invitaron al Club Cristino Naranjo, un lugar frecuentado por los "señoritos" de La Habana -principalmente militares de graduación, policías y algunos políticos- que suelen ir acompañados de sus familiares o amistades cercanas. Una enorme piscina junto a una playa artificial con un espigón de cemento protector de olas hacen las delicias de los usuarios. Pero lo más asombroso fue a la hora de almorzar en el restaurante. Por 80cup (poco más de 3€) comimos en abundancia cinco personas: Platos de Arroz con Frijoles, Pollo, Cerdo, Ensalada, Refresco, Café. En los puestos baratos de la calle costaría cinco veces más. Siii, comida muy económica para la "casta" cubana!. Visto todo eso, parece que no hay igualdad de clase social en Cuba, esa igualdad tan proclamada en los carteles instalados por este gobierno panfletero comunista en las calles y carreteras del país.

Un clásico al atardecer en La Habana es "El Cañonazo", un disparo de cañón desde la Fortaleza San Carlos de la Cabañaen el reparto Casablanca, donde todos los días, a las 9 de la noche, se lleva a cabo esta ceremonia que anunciaba en tiempos de la colonización española el cierre del acceso por tierra y por mar a la ciudad como medida de protección y control. Más tarde continuaría como recordatorio de lo que allí hubo, y ahora como atracción turística.
Nosotros acudimos a Casablanca en guagua desde Regla, nos detuvimos en la enorme estatua del Cristo de La Habana, una figura de Jesús, de veinte metros de altura sobre una base de tres y con un peso de 320Tm, de pie con una mano en el pecho y la otra en alto en actitud de bendecir, mirando hacia la ciudad. La explanada sobre la colina donde está situada realza su altura hasta los 51mts. sobre el nivel del mar, lo que posibilita verla desde diferentes puntos de la ciudad. Atravesamos el museo al aire libre de artefactos de guerra rusos y cubanos y entramos por una de las puertas laterales de la fortaleza que se encontraba abierta ya que el guarda de seguridad estaba tan ensimismado con el teléfono que ni se dio cuenta de nuestro paso, por lo que no pagamos y accedimos por un lugar prohibido para el público.
La Fortaleza, que se recorre tranquilamente en un par de horas, tiene forma poligonal y está compuesta por baluartes, revellines, fosos, camino cubierto, cuarteles y almacenes. Allí mismo se puede comer y beber a precios económicos en su bar-restaurante. Lo único desagradable es la cantidad de turistas bulliciosos que traen las guaguas de los hoteles y que resulta agobiante. Algunos cubanos se acercan también con sus "carros". Las vistas que se tienen desde sus murallas sobre la capital y su malecón son extraordinarias, principalmente al atardecer, con la puesta de sol.
El 3 de enero de 1959, el Comandante Ernesto Che Guevara, tomó militarmente esta fortaleza y allí estableció su Comandancia. En su museo se muestran documentos y testimonios del guerrillero argentino. 
El espectáculo nocturno tiene como escenario la Batería de Ceremonia de la Fortaleza y es ejecutado por jóvenes del Servicio Militar. La ceremonia empieza unos minutos antes de las nueve de la noche cuando se escucha el sonido de los tambores y una voz enérgica pidiendo “silencio” a los asistentes. Bajo una arcada de la fortaleza aparece un pelotón de artilleros vestidos de uniformes (casaca y pantalón rojo con botones dorados, botas negras y pelucas blancas) similares a los utilizados por el cuerpo de oficiales y soldados durante el reinado de Carlos IIIEl escuadrón de soldados se dirige en fila, con repiques de tambores, hacia el límite de la fortaleza en busca de “la Parca”, el cañón que avisa, desde hace ya más de un siglo, que las puertas de la muralla que rodeaban a la Villa de San Cristóbal de La Habana cerraban sin remisión a la espera de que a las 6 de la mañana siguiente otro cañonazo autorizase su apertura nuevamente. Al alcanzar el cañón y tras el último repique de tambores, el protagonismo se centra en un soldado que alza la antorcha y tras un breve movimiento de la misma enciende la mecha. Pasados unos breves segundos la Parca se dispara produciendo un estruendo que se escucha por toda La Habana.
La vuelta la hicimos en uno de los taxis que esperan en la puerta, atravesando el túnel de la bahía hasta el centro de la ciudad (3cuc). Esta obra fue realizada por los americanos en 1.953 aunque el proyecto fue diseñado por ingenieros franceses.

Caminando por Galiano, una de sus palpitantes calles principales, llegamos al Barrio Chino. Buen, lo que queda ya de él. Abarca cuatro o cinco calles pequeñas: la Calzada de Zanja, Calle Rayo, Calle San Nicolás, y la más característica de todas, la Calle Dragones.
Los colonos españoles trajeron en 1.847 trabajadores chinos poco tiempo después de que Inglaterra promoviera la contratación de inmigrantes como vía para sustituir a los esclavos en las plantaciones azucareras, cafetales y vegas de tabaco de sus dominios territoriales, una vez erradicada la trata negrera. Ocho años más tarde se establecieron definitivamente en Cuba, donde sus descendientes se fueron casando con cubanos. En 1.858 los primeros chinos que comerciaron en La Habana lo hicieron con una pequeña pensión y con un puesto de frutas y hortalizas. En las diferentes guerras de independencia (entre 1.868 y 1.898), había cubanos de ascendencia china que lucharon contra los colonizadores españoles.
A mediados de la década de 1.920 el Barrio Chino de La Habana había experimentado un notable desarrollo, basado fundamentalmente en las actividades mercantiles que fomentaban sus pobladores. Con el crecimiento urbanístico de la capital, el Chinatown habanero pasó a formar parte de una céntrica zona estratégicamente situada desde el punto de vista comercial. A pesar de su reducido perímetro, el barrio fue sede de diversos y prósperos negocios tales como tiendas y almacenes con mercancías exóticas, zapaterías, puestos de frutas, fondas, trenes de lavado, etc. Al éxito contribuyó la laboriosidad y el carácter emprendedor y austero de muchos de sus habitantes.
Contrariamente a la vigencia de una ley que prohibía la inmigración china, la introducción en el país de más orientales se había convertido en un lucrativo negocio. Con la complicidad de determinados funcionarios miles de chinos entraron al país bajo el calificativo de “comerciantes” o “estudiantes”. El tráfico de chinos no era el único negocio despreciable. Determinados personajes se enriquecieron explotando de forma corrupta a sus paisanos y fomentando negocios de juego y contrabando de drogas, el opio en particular.
El Barrio Chino de La Habana no podía ser una excepción en el panorama de corrupción imperante en el país. Los miembros más prominentes de la comunidad china procuraron ganarse el favor de las autoridades cubanas, principalmente de los funcionarios corruptos del gobierno de turno.
En el período que va hasta 1.959 Cuba tenía una población china muy próspera, y su Barrio era el centro de la vida nocturna de mala muerte que atrajo a la isla a muchos turistas amantes de los excesos. Estos incluían espectáculos de sexo en vivo, como se retrató en aquella escena de la película El Padrino (2ª Parte, creo), cabarés, cine con pornografía, tugurios de mala muerte, almacenes con todo tipo de mercancía… Cuando Fidel entró en La Habana en 1959, estaba considerado el cuarto barrio chino más grande en las Américas después de Nueva York, San Francisco y Los Angeles.
Como muchos otros “bisnes” extranjeros, fueron desapareciendo en los siguientes años. Los orientales comenzaron a marcharse de Cuba sabiendo que su riquísimo mercado estaba siendo prohibido por la Revolución. Hoy día es desolador pasar por sus calles pues casi todos sus negocios siguen cerrados. Solo ha resistido algún que otro restaurante a los cuales ni me atreví a meter la cabeza para “holiznear”.
Aún así, los efectos de la cultura china siguen siendo evidentes en Cuba. "mi china" se utiliza como una expresión de cariño y hay cientos de refranes que aún continúan escribiéndose y diciéndose en todas partes de la ciudad.

El siguiente sábado acudimos una mitad del grupo en el coche de Julito -marido Luisa- y la otra en una camioneta de 8 pax., que es taxi compartido (25cup/p.p.), "de cubaneo" a la playa de Santa María (Marazul), dirección Playas del Este
Es larga, de fina arena coralina, hamacas (3cuc) y sombrillas (3cuc), con varios kioskos de bebidas frías y comida para llevar -barbacoa de carne de puerco, pollo, arroz y frijoles (congrí) o hamburguesas- y cervezas Cristal (1cuc). 
Una característica divertida de las playas cubanas son las actuaciones de grupos musicales que por 3 o 5cuc interpretan varias canciones a petición de los usuarios de la misma que estén dispuestos a pagarles para bailar sobre la arena. Luego, otra gente aprovechando la ocasión se aproximan, cantan y bailan igualmente, creándose un ambiente muy particular. No vi a otro turista por ahí, tan sólo a un piloto de avión cántabro que vive ahora en Gran Canaria, que casualmente estaba con una de las chicas del grupo nuestro y que había conocido hacía varios días.
El agua del mar no está muy caliente a pesar del calor del rajante sol que obligaba a refugiarse bajo las sombrillas, aunque las cervezas, que bebimos sin parar, ayudaban a refrescar la temperatura corporal. El tiempo comenzó siendo excelente hasta que a última hora de la tarde cambió el viento y se aproximaron una gran cantidad de nubes gris-oscuras que echó a la gente de la playa con enormes goterones.
Al atardecer hay muchos carros (taxis compartidos) esperando la salida de los usuarios de la playa para llevarlos de vuelta a sus destinos correspondientes (20cup/pax.). Esta vez un almendrón (taxi compartido con más de un siglo "sobre sus ruedas") nos trajo hasta el centro, dando tiempo a callejear un poco antes de subir a Casa para descansar tras un agotador día de sol, música y baño.

Los días posteriores continué paseando en busca de nuevas sorpresas y visitando el resto de atractivos que tiene esta amplia ciudad -que son muchos-, y también holiznear por las calles donde los turistas no se atreven a aventurarse porque sencillamente no hay bares de copas o mojitos, ni putas, y detenerme frente a los vetustos y destartalados edificios donde aún viven gente como pueden. Gente francamente amable que se desvive por aquellos visitantes que se preocupan por aprender mucho más de la cultura cubana que no se ve en las zonas de ocio, sino en estos barrios. Son comunicativos y les gusta la conversación. Por eso camino despacio y expectante por todas partes. Voy siempre a su encuentro. O ellos me encuentran a mi con más facilidad. Me suelo sentar delante de cualquier local donde venden bocaditos, o mini-pizzas, o congrí con pollo... y observo a los demás realizar sus quehaceres. Converso con todos y todos me siguen "la bola". ¿Que bolá pipo'?
Un mini-mini café sólo (1cup), un jugo de guarapo (1cup) con hielo -que no me preocupa el agua con el que está hecho-, un fresquísimo jugo de cualquier fruta (2cup) -tamarindo, fruta bomba o papaya, mango, piña.... Espera que pasa "el hombre" con el carrito de tamales envueltos en una hoja de banano (5cup), y luego el de las frutas, o el que vende helados (3cup),... Aquí hay donde comer, y baratísimo. 
La calle es un espacio público donde se representa la tragicomedia de la vida cubana, donde se sobrevive, se convive, o se juega. Donde todos participan a su manera. Todo lo que la obcecada ultraderecha americana, o española, se ha esforzado en hacernos creer lo desmiente la realidad que estoy viviendo aquí. Nadie pasa hambre. Nadie se muere por las calles. El cubano es feliz donde vive "resolviendo" o "inventando" de todo para salir del paso. Estoy muy seguro que en mi ciudad hay más desgraciados que aquí. Los pocos indigentes que deambulan por las calles arrastran problemas psicológicos. Poco se puede hacer por ellos porque simplemente prefiere continuar vagando en busca de alcohol que echarse para seguir su rutinaria y penosa vida.
Sólo los que aspiran a mucho más de lo esencial que realmente se necesita quiere huir de Cuba. Y el país está cambiando más rápidamente de lo que se cree en la isla. Desde que los putos americanos liberen el embargo, Cuba será más libre. Y los cubanos muchísimo más. Raúl Castro dentro de poco dejará el poder y con un poco de suerte su sucesor será mucho más amistoso con los yanquis. Eso abrirá mas puertas. Espero!!
Por momentos pienso: "Que suerte tengo de estar aquí antes de que Cuba cambie", porque considero que nada será igual después.

21 may 2014

MATANZAS (de Canarias)

El aeropuerto internacional Juan G. Gómez se encuentra casi a mitad de camino entre Matanzas y Varadero, éste último uno de los principales destinos turístico de la isla, pero con muy poco valor en concreto para mí, así que ni lo he pensado pisar en este viaje. Comentan que es como estar "en otro planeta" y que cuesta mucho encontrar cubanos entre los paseantes de ese largo dedo de tierra atiborrado de hoteles, muchos de ellos, del "Todo Incluido".
El trámite de entrada a la isla fue sencillo. La mayoría de las compañías aéreas ofrecen a sus clientes una tarjeta turística (visado de entrada por 30 días) aunque también se pueden comprar en la embajada (25€), el consulado o algunas agencias de viajes. Hay que tener un seguro de viaje y un pasaporte en regla.
A la llegada presenté mi documentación al guardia de fronteras (no me pidió reserva de habitación), me tomó una foto, me selló el pasaporte y pasé directamente a recoger mi mochila. Las policías, muy jóvenes, con falditas muy cortas y con llamativas medias negras de redecilla, a la salida no me controlaron las mochilas. Me extrañó mucho, pero así fue.
En el exterior del aeropuerto hay una Casa De Cambio (CADECA) donde se puede cambiar la moneda internacional con una diferencia ligeramente inferior que la oficina de la ciudad.
Ahora mismo el cambio es: 1€ = 1,32CUC (o Peso Convertible)
1CUC = 24CUP (Peso Cubano, o Moneda Nacional).
La Compañía de Guaguas Viazul, que hace la ruta Matanzas-Varadero, pasa cuatro veces al día por el aeropuerto (08:30-12:00-16:00-18:30 = 6cuc), pero en caso de no coincidir a la llegada del vuelo con su horario hay que coger un taxi (25cuc tanto para un lado como para el otro). Con un poco de suerte alguna guagua de hotel que recoge a sus clientes podría llevar "otros pasajeros" por unas pocas divisas.
Lo primero que me llamó la atención desde que salí del aeropuerto fue la cantidad de eslóganes políticos en defensa del país y la Revolución que hay en cualquier punto de la carretera y en los asentamientos que vamos pasando arengando a la población a seguir luchando por la libertad (?). No hay publicidad, sólo propaganda que insiste en la única ideología castrista revolucionaria (Socialismo o Muerte).
También me sorprendió los pocos vehículos que nos íbamos cruzando, o adelantábamos, que son tan antiguos que no sé como esos cacharros con ruedas pueden seguir funcionando aún!!. Son auténticas piezas de museos anteriores a la Revolución: Cadilacs, Chevrolets, Dodges, Kaiser-frasers, Oldsmobiles, Plysmouths, Mercurys...(llamados también almendrones), Guaguas cochambrosas, camiones rusos con mucha gente en los cajones de carga, pero también modernos taxis y guaguas.
Y nada más alcanzar Matanzas fueron sus decadentes edificios junto a otros en mejor estado lo que me dejó maravillado.
Esta ciudad que da al Atlántico fue fundada en 1693 por una treintena de familias canarias (enviadas por el rey español Carlos II), con el nombre de Villa de San Carlos y San Severino de Matanzas, hoy día es una mezcla entre lo antiguo (colonial) y los que parecen ser algo más modernos. Muchos años seguidos de dificultades económicas confiere a esta ciudad y en general al resto de las ciudades cubanas un cierto aire decadente que, en el fondo, hasta me gusta. Pero, es que estoy en el Parque Jurásico de los vehículos? Por aquí circulan aún más vehículos antiguos, y que si siguen funcionando sin sus piezas originales es gracias al poder de la imaginación inventaria cubana.
Sus calles no son muy anchas, sus edificios de fachadas caóticas pero de exquisito y hermoso diseño ofrece una imagen épica de lo que pudo acontecer el siglo pasado. Hay poco tráfico pero muy contaminante debido a las destartaladas guaguas y a los viejos camiones que circulan.
Durante la mañana se puede ver el constante movimiento de una gran cantidad de ciudadanos alrededor de la Plaza de la Libertad, centro neurálgico de la ciudad, y de la oficina principal de la única compañía de teléfono (ETECSA) que soporta enormes colas al igual que la Casa de Cambio (CADECA) donde se puede cambiar los CUP por CUC o al contrario. Esta parte de la ciudad está enclavada entre tres puentes -de los muchos más que hay a lo largo de la misma- y atravesada por los ríos Yamurí al Norte y el río San Juan al sur, que desembocan en la gran bahía de Matanzas.
En Matanzas, como en casi toda Cuba, hay muchas Casas Particulares donde es posible pernoctar en alguna habitación habilitada por sus moradores -con autorización del gobierno- y que así puedan ganar algo de dinero con los turistas -han de pagar impuestos por ello- como competencia legal a los poquísimos hoteles y hostales del país debido a la cantidad de gente que visita esta isla. Obligatoriamente han de tener climatización y baño interior. Pueden ofrecer comidas (casi nadie lo declara).
Me quedé en el Hostal Azul (20-25cuc, según temporada), en la céntrica calle Milanés muy cerca de la Plaza de la Libertad. Como medida de seguridad, por si me pedían en el aeropuerto lugar de pernocte las primeras noches, opté por contratarla por Internet mediante una página Web que hace de intermediario (cobran 5cuc por noche). No hay que pagar nada al realizarlo, sólo confirmar la reserva y pagar al dueño una vez llegado allí. Vale la pena si se viaja por primera vez a Cuba, evitando caminar por las calles bajo el tórrido calor en busca de habitaciones libres, aunque por Internet hay mucha información y con imprimir el mapa de la ciudad y señalar varias posibles casas cercanas es suficiente pues la ciudad no es muy grande y todo está "a tiro de piedra". Todas ellas deben tener en la puerta bien visible un adhesivo blanco con el signo azul identificativo (Arrendador Divisa). El signo rojo (Moneda Nacional) indica que es renta (alquiler) para cubanos que pagan en CUP. Alquilar ilegalmente puede acarrear problemas al turista si es pillado ya que suele haber bastantes visitas inesperadas de los agentes de inmigración. Lo primero que hacen en las casas particulares legalizadas nada más llegar el cliente es rellenar un libro con los datos del turista, cuántos días se hospedará, el precio a pagar y llevarlo a inmigración entre las 12 horas siguientes para que lo sellen.
Comer en la calle es extremadamente barato aunque la variedad es reducida y la calidad mediocre. Lo peor de todo son las pizzas (desde 5cup) por la gran cantidad de aceite (principalmente de soja) que le añaden, perfecto para engrasar la cadena de cualquier bici!!. La masa es tan gorda que resulta insípida. Aunque se puede comer.
Algunos Restaurantes y Paladares (habitación de vivienda acondicionada como restaurante) sirven mejores comidas a precios económicos como Potajes, Ropa Vieja, Pollo o Carne de cerdo. Kioskos, Rápidos (comida rápida), Cafeterías, Ventanas que dan a la calle y ofrecen de todo: desde comida precocinada y jugos, Panecillos con diferentes embutidos (Bocaditos), Platos de congrí (arroz y frijoles) acompañado de pollo o cerdo, dulces, churros...., una repetidísima variedad para comer por la calle por menos de 2€ al día, si aguanta el estómago. Aunque lo mejor es comer en la Casa Particular de hospedaje, previo aviso desde la mañana, donde la calidad es absoluta y segura (desde 7€ al día por desayuno y cena). Es igual que comer en casa porque es la misma comida que comerán los anfitriones.
Ya los cubanos pueden vender casi de todo por las calles (con licencia), desde ropa, mantelería, herramientas.... hasta gafas de sol, manualidades, helados, dulces... hecho en casa. Muchos venden de ilegal tarjetas para llamar por teléfono, medicinas (posiblemente la que se donan a las ONG's o la que la gente se trae en sus maletas como ayuda humanitaria (!). También se juega a la Lotería (americana) a escondidas porque está prohibida en el país. Un señor con un trozo de papel en mano va avisando a sus conocidos y apuntando los números de "la suerte". Son apuestas que en ocasiones llegan a ser altísimas. Algunos han ganado mucho dinero de esta manera. Muchos años de cárcel es la pena a pagar si son pillados.
Moverse en guagua por la ciudad es sencillo. Casi todas llevan un número que indica la ruta de destino que va a tomar. Con preguntar a la gente es suficiente. Por 1cup he estado moviéndome por todos los lados.
Durante los tres día que estuve me dio tiempo suficiente para conocer algunos de los lugares más interesantes de visitas en la Ciudad, donde destacan entre otros atractivos: El Parque de la Libertad, uno de los más hermosos de Matanzas situado en el centro de la ciudad, rodeado por algunas de las más importantes edificaciones como el Hotel y el Teatro Velasco, El Casino Español o el edificio del Ayuntamiento, entre otros; El Parque René Fraga Moreno, joya de la arquitectura cubana, poseedor de un diseño único en el país, comenzado a construir en la década del 1.930; La Plaza de la Vigía, el primer punto trazado cuando se diseñó el plano de la ciudad (en aquel entonces fue tan sólo una plazoleta llamada Plaza de Armas), junto al Estación-Museo de Bomberos, un austero edificio de arquitectura neoclásica; El Mirador de la Colina de la Ermita de Monserrate, una construcción de estilo neoclásico, joya de la arquitectura colonial cubana por sus valores patrimoniales de enorme significado para la identidad yumurina, que ocupa una de las laderas del Abra del Yumurí con impresionantes vistas del Valle de San Juan hacia el sur y sudeste,  y al norte la ciudad de Matanzas.
Y como todo resulta de fácil alcance en guagua local, me dirigí hacia el Castillo Fortaleza San Severino, mandada construir por el rey Carlos II en 1684 antes de que se fundara la ciudad en 1693 y que más tarde la protegería de los ataques de corsarios y piratas en una época en la que eran muy temidos; Los  Manglares del río Canímar, un río situado en las inmediaciones de la ciudad y que con más de 12kms. navegables -de sus 19 totales-, es el mayor y más caudaloso de los ríos que desembocan en la bahía matancera. Ofrece el atractivo de un valle de origen fluvial, con pendientes muy abruptas que muestran laderas verticales de hasta noventa metros de altura. El paseo en barco por el río rodeado de montañas resulta muy singular. Al comienzo la vegetación está representada por matorrales xeromorfos (especie que pueden almacenar agua en sus tejidos y vivir en lugares secos) que disfrazan las rocas milenarias. También por uvas caletas, almácigos, casuarinas y yagrumas. Luego aparecen bosques de árboles, predominando los Laureles, Helechos, Palmera Real, Cocoteros, Yagrumas, Mangles rojo, Majaguas... Por este río, en época colonial, se sacaba la producción de azúcar hasta la Bahía de Matanzas donde se embarcaba hacia Europa. Está considerado entre los más importantes lugares arqueológicos de Matanzas, poblado hace milenios por comunidades aborígenes cubanas en distintos niveles de desarrollo, reportándose 31 asentamientos primitivos. 
Las Cuevas de Bellamar, compuestas por galerías y pasadizos comenzaron a formarse hace unos 30 millones de años. Originalmente la planicie en la cual están las cuevas se encontraban bajo el mar. A lo largo de la llamada Falla de Bellamar el agua subterránea, en combinación con el dióxido de carbono, fue disolviendo la roca calcárea y de esta forma creando cámaras subterráneas en el subsuelo, bajo el fondo del mar. Con el paso del tiempo, y a consecuencia de movimientos en las capas terrestre, esta zona se elevó formando las terrazas marinas que se notan en los terrenos en la ciudad de Matanzas y los alrededores.
El Valle de Yamurí, está rodeado de montañas cubiertas de verde vegetación que alcanzan hasta los 150mts. de elevación. Es un valle grande, de hasta 8kms. en su parte más amplia. Sus tierras son cultivadas, predominando entre otras cosechas la caña de azúcar. Todo el paisaje es adornado por grandes cantidades de la singular Palmera Real.
Desde Matanzas se puede viajar en el pequeño Tren Hershey hasta el barrio Casablanca, frente a La Habana (aprox. 3h., si no se rompe), haciendo unas cuarenta paradas en diferentes lugares y asentamientos. Es un antiguo tren de línea eléctrica que transportaba el azúcar procesado para la Compañía Chocolatera americana de Pennsylvania y a los trabajadores de la zona. Ahora transporta pasajeros aunque es muy lento (máx. 40Km/h) pero con una excepcionales vistas principalmente del Valle Yamurí, las hermosas campiñas cultivadas, pequeños bosques y serpenteantes ríos que va atravesando durante su recorrido. Desafortunadamente, estos días está averiado y tendré que viajar a La Habana con la Cía. de guaguas Viazul.