2 mar 2015

El Carnaval Dominicano

El Carnaval Dominicano es una de las tradiciones mas coloridas y alegres de República Dominicana. En el mismo participa muchísima gente que se lanza a las calles a disfrutar, compartir y celebrar con mucho jolgorio. Se lleva a cabo normalmente en el mes de febrero donde mas actividades se producen.
La celebración del carnaval tradicional que precede a la Cuaresma se encuentra entremezclada con la conmemoración de la Independencia Nacional. En los festejos populares callejeros participan una incontable cantidad de dominicanos y extranjeros, viajando incluso cientos de kilómetros para participar de las distintas costumbres del carnaval de cada región.
Muchos dominicanos celebran el carnaval disfrazándose, entre muchos otros trajes, de diablos y demonios de vistosos colores, adornados con espejitos, cascabeles y otros accesorios, de mujer, de mono, pintado completamente de colores.... Uno de los aspectos más llamativos del atuendo carnavalesco lo constituyen las máscaras, típicamente de gran tamaño y con enormes cuernos, representando demonios y/o animales. De singular importancia en la celebración de los festejos en las calles es la vejiga de vaca, tradicionalmente curada con limón, cenizas y sal. Modernamente las vejigas son reforzadas con material plástico en su interior y cubiertas con tela para protegerlas. Secas e infladas, sirven para asestar ruidosos golpes en los espectadores y otros demonios. Si bien estos golpes pueden causar dolor, por la naturaleza misma del instrumento usado para golpear, infligen daños mínimos duraderos en quien los recibe. 
Existe también en algunas zonas, como Santo Domingo, la costumbre de disfrazarse de "indios", con el torso desnudo, pintado o embadurnado con betún negro, de falda un atuendo de hierba y matas y las piernas tiznadas. Estas vestimentas en particular y otras variantes tienen una clara raíz africana, siendo bastante similares a algunas de las vestimentas rituales y de celebración usadas por tribus africanas, miembros de las cuales presumiblemente fueron traídos a la isla como esclavos en tiempos de la colonia.

Las expresiones carnavalescas en República Dominicana son variadas llagando a celebrarse en más de 100 municipios aunque en muchos de ellos se repiten personajes. Cada pueblo y ciudad tiene su propia idiosincrasia respecto a la celebración del Carnaval
Los Personajes más característicos y comunes del Carnaval dominicano que suelen verse por las calles, entre otros muchos, suelen ser:
El Diablo Cojuelo, personaje con máscara que representa deidades tainas con rostro de horrible y espantoso animal que anda suelto por las calles atemorizando a la población y azotando a las personas con una vejiga seca de res y algunos otros también con un látigo (fuete o foete). Lleva una capa y pantalones anchos de colores vivos, simbolizando elementos de la cultura española (caballeros medievales) y en cintas multicolores las esencias africanas en sus brazos, que se complementan con los caracoles del Atlántico (Cauries). La tradición cuenta que fue un demonio travieso y juguetón que colmó la paciencia del mismo diablo y éste lo arrojó a la tierra, lastimándose una pierna al caer, quedando cojo o "cojuelo". Es el principal personaje del carnaval de la ciudad de La Vega. En otras poblaciones dominicanas reciben diferentes nombres:  Avechisas, CatarronesJudasMacaraos, Papujitos o Jinchaítos, Taimácaro....
Los Catarrones, comparsa de diablos cojuelos con las únicas máscaras sonrientes del país.
Los Toros, personajes con el rostro cubierto con una máscara de Lechón (cerdo), vistoso traje de colores revestido en su interior con material para protegerlos de los azotes de sus contrarios. Realizan un combate cuerpo a cuerpo con los Civiles, quienes usan pantalones cortos y ropa normal. El ganador del encuentro es quien soporta con mayor éxito los embates del contrario o quien consigue derribar a su oponente. Con sus vejigas de toro y fuetes, bailan al compás de la flauta, el cencerro y la tambora.
El Roba la Gallinaun hombre extremadamente maquillado, vestido con traje de mujer de llamativos colorestípicamente con almohadas o saco en su escote y amarrados en sus caderas y trasero exagerando las formas, carga un macuto o bolso supuestamente lleno de  dulces para arrojar al público, pero verdaderamente es donde se supone que escondería la gallina robada, que se pasea por las calles de la comunidad con una sombrilla abierta y una pamela muy adornada, y en su particular andar incita la atención de curiosos. Se detiene en los colmados y tarantines (establecimientos comerciales) pidiendo para su grupo de jovencitos considerados como "sus pollitos, que no son más que los chiquillos del pueblo", que le siguen en alborozada procesión. El grupo anda en ruidoso jolgorio cantando estribillos repetitivos como: “ti-ti manatí, ton-ton molondrón, roba la gallina, y los niños le responden: palo con ella!”. Cundi Macundi... y los niños le responden: Cundillé!.
Cuando se detienen frente a algún negocio los dueños de los establecimientos entregan dinero o dulces a "la gallina", quien a su vez los lanza hacia atrás a sus seguidores, los cuales los reciben en animada algarabía. Es una sátira de la manera que algunas personas robaban pollos de las granjas antaño y cuando eran pillados se le untaría con brea y se le haría pasear por el pueblo cubierto con plumas de gallina. Se encuentra en todas las Provincias y Municipios de R.D., pero sus orígenes hasta la fecha son inciertos. 
Se me Muere Rebecarepresenta a una madre desesperada que va vociferando a lo largo del desfile que su hija está gravemente enferma: "se me muere Rebeca!, mientras el coro que le sigue le va respondiendo ...ay ay!...ay ay ay!. Se para en los colmados, muestra a su hija (la representa una muñeca) y el lamento da paso a la súplica: pide limosnas y golosinas para su hija enferma, pero realmente las reparte entre los niños, que la siguen con insistencia. Y la fiesta concluye de la mejor manera. Esta matrona llorona ha puesto siempre una nota tragicómica en las celebraciones.
El Califé, un poeta criticón, "la voz del pueblo", que en versos altisonantes como si fuera la voz del barrio y de todo lo que comentan detrás de las puertas y ventanas. Va reprendiendo de forma jocosa a todos los personajes de la vida política, social y cultural. Es un personaje tradicionalmente vestido de frac negro (los hay de rayas rojas y negras), camisa blanca y un alto sombrero mas exagerado que los de la clase alta (parecido al que solía llevar Abraham Lincoln) que se utilizaban en la época de la colonia, y en el que tiene escrito la palabra calife para que sin lugar a dudas todos sepan que personaje es. La cara pintada de negro con bordes en los ojos y labios de blanco, en relación  al negro africano y la esclavitud. Lleva un bastón, no para caminar mejor sino para bailar graciosamente con el y una güira para dar tono y más "sabor" a sus rimas. Porta también un macuto para guardar los regalos recibidos en sus paradas tras recitar sus versos.  Es seguido por un coro y está vestido de frac negro,  camisa blanca y un gran sombrero negro.
Los Africanos, grupos de hombres y mujeres (o niños), o en solitario, pintados de negro, con carbón y aceite quemado de automóvil, imitando a los esclavos negros, bailando a  ritmo de comparsa. A veces persiguen a la gente para ensuciarlas con su brea.
Los Tiznados, grupos que se pintan todo el cuerpo con betún y llevan faldas de rafia. Suelen portar a un jefe de tribu en una tarima o poltrona.
Los Pintados, grupo de jóvenes en bañador que se pintan todo el cuerpo, de la cabeza a los pies, destacando los goterones de otros colores más llamativos.
Los Indios, también salen comparsas de niños y niñas, así como de personas adultas, imitando a los antiguos habitantes de la isla, con plumas arcos y lanzas, y con todo el cuerpo pintado. De una de esta comparsas se originó una representación teatral con un drama, que expresa la relación de los españoles con los indígenas, que constituye la muestra mas importante del teatro del carnaval. La comparsa con más tradición que aún representa este drama se llama "La comparsa de San Carlos", localizada en un popular barrio de Santo Domingo.
Los Platanuses, personajes que se cubren el cuerpo con hojas secas de platanera y la cara con una mascara de Higüero seco (parecido a una calabaza) pintado en trazos de diferentes colores y adornados con panales o nidos de avispas. De ellos surgen los Papeluses (pero usan tiras de papel de envolver y tiras de plásticas de bolsitas en lugar de hojas secas), los Funduses y los Trapuses. Los disfraces hechos con hojas secas de platanera deriva, casi sin modificaciones, de trajes usados en festividades en África occidental, herencia de los esclavos traídos del Congo. Se convirtió en un personaje común del Carnaval de Cotuí.
Las Marimantaspersonajes con el cuerpo cubierto de ramas verdes, con una máscara de cuero de vaca, y la cabeza con un caparazón, concha o panal que pintan de colores. Oriundos de Yerbabuena (Hato Mayor).
Los Trasvestis, son los personajes más habituales de todos los carnavales del mundo, porque sencillamente... son "sus fiestas". Atrevidos, pícaros y alegres, van divirtiendo a todos los curiosos y participantes con "sus maneras" y sus bailes.
Los Guloyas (o Buloyas), agrupación o comparsa que practican diversos bailes como tejer cintas, bailar en zancos. Usan un llamativo traje multicolor, adornados con espejitos, cintas y piedras de colores. Llevan una capa amarilla y roja. En la cabeza, se colocan un impresionante penacho, adornado con piedras coloreadas, que terminas en plumas multicolores de pavos reales (pajuiles).
Sus presentaciones van acompañadas de música, con ritmos e instrumentos propios como redoblantes, tambor, flauta y triángulo. Tradición originaria de los Cocolosinmigrantes que llegaron procedentes de las colonias británicas atraídos por mejores oportunidades de vida a finales del s.XIX y que se establecieron en diversos lugares del país, entre ellos San Pedro de Macorís, proclamados por la UNESCO patrimonio inmaterial de la Humanidad. Algunos llevan también arcos, flechas y/o hacha representando a los indios.
La Muerte, un personaje vestido con traje negro, o con licras negra, con los huesos del esqueleto pintado en blanco, guantes, y de máscara una calavera blanca. Algunos van con gorro de copa o con capucha negra. Su esqueleto andante se encuentra entre los más antiguos protagonistas carnavaleros de la isla. Su misión es meter miedo.
El Doctor (o los Doctores), equipo médico vestido con batas blancas, algunos con gafas hechas de alambre, maletín, jeringa enorme, silla de rueda.... Se mezclan en la multitud queriendo el Doctor curar a todo el mundo, especialmente a las mujeres.
Nicolás Den Den, un oso que, a pesar de que va amarrado a una cadena que manipula un hombre (el domador), va bailando y haciendo reír a los niños, niñas y mayores. En  Montecristi, le llaman el Oso Nicolás. La leyenda cuenta que se trató de un oso y su domador que se quedaron en Santiago al marchar su circo, pasando a divertir al pueblo con sus farándulas circenses. Ambos murieron pero quedaron vivos de por vida en el carnaval ya que años tras años los recuerdan.
Los Monos de Simonico (o Somonico), grupo disfrazado con máscaras plásticas de monos, con flecos de rafia o de fibra plásticas extraídas de sacos que son pegados a un pantalón y a una camisa. Corretean y dan volteretas durante el desfile para animar y arrancar carcajadas a los asistentes y curiosos. Son oriundos de Villa Duarte, un sector popular de Santo Domingo.
Los Pirulíes, son niños disfrazados de "indios"con una falda hecha con flecos de rafia de coco , todo el cuerpo pintado de color, que van bailando todo el desfile. Oriundos de Cabral, en Baraona.
Los Alí Babá, comparsa con motivos orientales y sincronizada coreografía que danzan al ritmo de los redoblantes y bombos dentro de una marcada influencia musical de los "Cocolos"de San Pedro de Macorís.
Los Catarrones, comparsa de diablos cojuelos con máscaras sonrientes (las únicas del país) de San Francisco de Marcoris.
El Papelón, al grito de "A que no me quemas el Papelón!", un hombre disfrazado de mujer va provocando con su voluminosos trasero, mientras otro personaje trata de quemárselos, haciéndolo con extraordinaria gracia que a todo el mundo provoca mucha risa.
Los Galleros, dos campesinos, con sus gallos en mano, deciden hacer pelea gallos en plena vía pública y a mitad de la misma llega un policía, desbarata el juego e intenta llevárselos presos. Se produce un dialogo lleno de sátira, lo que se convierte en una divertida muestra de teatro carnavalesco en la calle.
El Baile de las Cintas, consiste en trenzar cintas alrededor de un mástil. El trenzado (y destrenzado) es realizado por un grupo (12-14) de personas mientras danzan alrededor del mástil. Aunque en algunos casos, hombres y mujeres componen el grupo, es frecuente que solamente sean hombres, la mitad de los cuales se disfrazan de mujeres (Baile de los Enmascarados). Es un baile típicamente europeo, aunque en Europa es una danza de fertilidad que se baila en ambientes rurales en tiempos asociados con el inicio de la primavera o con la cosecha. En República Dominicana se ha perdido toda asociación con la fertilidad y se ha convertido en una baile urbano que se ejecuta durante el Carnaval, fiestas patrias, fiestas patronales o en el Día de la Madre (solo intervienen mujeres).
La celebración del Carnaval tiene su origen probable en fiestas paganas, como las que se realizaban en honor a Baco (Dios del vino), las saturnales y las lupercales romanas, o las que se realizaban en honor del buey Apis en Egipto
Según algunos historiadores, los orígenes de las fiestas de Carnaval se remontan a las antiguas Sumeria y Egipto, hace más de 5.000 años, con celebraciones similares en la época del Imperio Romano, desde donde se difundió la costumbre por Europa, siendo traído a América por los navegantes españoles y portugueses que la colonizaron a partir del s.XV.
Es una de las fiestas más populares. Se celebra en los países que tienen tradición cristiana, precediendo a la Cuaresma. Por lo general, en muchos lugares se celebra durante tres días, y se los designa con el nombre de carnestolendas, y son los tres días anteriores al Miércoles de Ceniza, que es el día en que comienza la Cuaresma en el Calendario Cristiano. Se supone que el término carnaval proviene del latín medieval "carnelevarium", que significaba "quitar la carne" y que se refería a la prohibición religiosa de consumo de carne durante los cuarenta días que dura la cuaresma.
En la Edad Media, tan inflexible en los ayunos, abstinencias y cuaresmas, y con persecuciones a quienes no respetaban las normas religiosas, sin embargo, renació el Carnaval y se continuó la tradición hasta la actualidad en muchos lugares del mundo. En esta época, se celebraba con juegos, banquetes, bailes y diversiones en general, con mucha comida y mucha bebida, con el objeto de enfrentar la abstinencia con el cuerpo bien fortalecido y preparado. En la España de la época de la Conquista y la Colonia ya era costumbre durante el reinado de los Reyes Católicos disfrazarse en determinados días con el fin de gastar bromas en los lugares públicos. 
Para algunos investigadores, las primeras manifestaciones de carnaval de la isla que hoy comparten dominicanos y haitianos, y de América, se realizaron en lo que es hoy las Ruinas de la Vega Vieja, en febrero de 1520, en ocasión de una visita de Don Fray Bartolomé de las Casas. Se tenia noticia que los habitantes de la Vega Vieja se disfrazaban de moros y cristianos y realizaban festejos que evolucionaron en las celebraciones actuales. 
Más tarde, en 1523, Carlos I dictó una ley prohibiendo las máscaras y enmascarados. Del mismo modo, Felipe II también llevó a cabo una prohibición sobre máscaras. Fue Felipe IV, quien restauró el esplendor de las máscaras.
Hay países que comienzan la celebración del Carnaval en distintas fechas, como en algunos lugares de Alemania en que se inicia el 11 del 11 a las 11 horas 11 minutos. O los hay que lo comienzan recién terminada la Epifanía, el 6 de enero (como en Haiti). En otros lugares es tradicional comenzar el jueves anterior al Miércoles de Ceniza, y lo denominan Jueves Graso, como sucede en Italia.
En ciertos países el Carnaval está muy arraigado como celebración popular, y ya alejada de su significado religioso, alargan los festejos a los fines de semana del mes de febrero y a veces el primer fin de semana de marzo.
Hoy en día, hay lugares célebres por sus festejos tradicionales y espectaculares que atraen al turista y al amante de las costumbres de cada sitio, como lo son el Carnaval de Río, el de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria, el de Oruro en Bolivia, el de Corrientes en Argentina o éstos de República Dominicana, con sus distintas expresiones, desde el Vegano hasta el de Santo Domingo. Se celebra en los distintos lugares de formas similares, pues siempre hay desfiles de Carrozas, Comparsas formadas por grupos de Máscaras o Bailarines vestidos con un mismo estilo que caracteriza a cada una de ellas, máscaras representando a distintos personajes reales o alegóricos, así como bailes de disfraces y diversión con cotillón, típico de esta fecha. 
En algunos lugares se estila que las máscaras persigan a los paseantes con vejigas que utilizan para asustar, dar golpes a veces demasiado fuertes, o hacer reír. En otros es típico el uso de serpentinas, papel picado, espuma molesta, y hasta mojar con agua, en pomos, globos y recipientes. El antifaz moderno es un vestigio de las fiestas de Baco y Cibeles.
El 27 de Febrero es la Fiesta de Independencia Nacional dominicana y la Celebración del Carnaval. En 1844 los dominicanos expulsaron a los haitianos que ocuparon durante 22 años el país, luego de que en 1821 llegaran a un acuerdo amistoso en su independencia con la Corona Española.
En busca de su propio destino y un futuro mejor, la colonia española en Santo Domingo se separó de España de forma no bélica mediante transacciones pacíficas. Sin embargo, el ansia de libertad e independencia de los habitantes de la parte española de la isla de Santo Domingo se vio cercenado con la inesperada invasión del país por el ejército de la vecina nación haitiana. Intentaron eliminar el idioma y las costumbres coloniales, obligaron a publicar los documentos oficiales en francés y otras medidas que atentaban contra la esencia misma de las tradiciones y cultura de lo que vendría a ser más tarde el pueblo dominicano. 
Con disfraces y máscaras, diablos cojuelos y desfiles de comparsas en las calles, bailes de disfraces en los clubes sociales y alegría general, los dominicanos exaltan cada año su lograda Independencia, mezclándola con el tradicional Carnaval pre-Cuaresma celebrado en otros países católicos. En los últimos años, y en particular a partir de 1997, las autoridades gubernamentales han buscado separar la celebración de las fiestas patrias de la celebración del principal Carnaval Dominicano, para no restar solemnidad a la celebración de la Independencia Nacional el día 27 de febrero. Como resultado, la segunda mitad de febrero presenta una intensa agenda de actividades separadas en conmemoración de la lucha patriótica de los héroes de la Independencia Nacional alrededor del carnaval fiestas populares, conciertos multitudinarios, desfiles de comparsas, así como los tradicionales carnavales cada domingo del mes.