13 feb 2015

Un Salto de Agua muy Sagrado

La semana grande del Carnaval Nacional (Kanaval National) ha tocado este año celebrarse en Port au Prince. Como no es un lugar aconsejado para turistas noveleros como yo por la gran asistencia de gente de todos los barrios de la capital, y por consiguiente el alto nivel de problemas que podría traer estar entre-metido en tan gran multitud de participantes, he pensado que esta celebración carnavalera debería disfrutarla mucho mejor en Cap Haitien, al N. de la isla, la segunda ciudad más grande del país pero mucho más relajada que PaP
Podría haber ido en avión pero decidí aventurarme en transporte público por el interior del país para verlo aunque fuese durante unos pocos días de paso.
Así pues, desde Jacmel subí a un MiniBus hasta la capital y desde allí a otro hasta Mirebalais para visitar la Cascada Sagrada, tanto para cristianos como para vuduistas, Saut d'Au (Salto de Agua), que se encuentra a media hora en MT. desde Mirebalais.
La carretera que recorre esta parte del país (Route Nationale 3) se encuentra en buenas condiciones y el paisaje es de constante contrastes y bastante llamativo por sus bosques y montes, desde empinadas montañas cársticas donde apenas crece hierbas a muy verdes con alta, espesa y variada vegetación. Los poblados están bastante distribuidos en comunidades rurales de pocas viviendas. Aunque apenas destacan huertos y sembradod, se pueden observar que las frutas y verduras que se venden en los mercadillos al borde de la carretera tienen muy buen aspecto. Muchas de ellas son traídas de República Dominicana o EEUU, es decir que la escasa producción no es suficiente ni a nivel local, por eso muchos productos son costosos de comprar.
En Mirebalais me he quedado en el hotel Le Mirage que se encuentra frente a la plaza pública. El absurdo precio que me pidieron 80$, tras luchar un poco por un descuento -no había nadie hospedado en ese momento- conseguí que me lo dejaran en 60$, aunque sigue siendo caro para la mierda de servicios que ofrecen la mayoría de los hoteles haitianos. Este quizá haya sido casi el mejor de los que me he quedado hasta el momento y, aunque con mobiliario algo antiguo, se encuentra en buen estado de conservación. Tiene una pequeña piscina de agua algo turbia. La habitación es algo amplia y tiene climatización.
Me enoja observar que la información que hay de Haiti en interné es bastante obsoleta y los hoteles han cambiado mucho desde hace cinco o seis años para acá. Tenía referencia que éste era de los más económicos pero al llegar y preguntar me ha sucedido como con los anteriores: todos han duplicado los precios. Así es muy difícil atraer al turismo en general para que venga a un país, pueda entrar muchas divisas y continúe desarrollándose.
Esta pequeña ciudad que fue creciendo al margen derecho del río Artibonite y de su sucio mercadoes bastante activa, coqueta y limpia. Otro mercado callejero se asienta en una calle paralela a la carretera nacional, que como en todos los que he visitado llama la atención la cantidad de puestos que venden ropa usada y calzados (donados por las ONG's). Su economía local se basa principalmente en la Caña de Azúcar -abundante en ambos mercados-, el Café, el Algodón, los Frijoles negros y el Arroz a pequeña escala. 
La plaza central alcanza su mayor actividad al anochecer al instalarse a su alrededor gran número de vendedores de bebidas y algunos de comidas a buen precio.
No fue nada complicado ir hasta el Salto de Agua en moto (250g. ida y vuelta, incluido un par de horas para disfrutar del lugar) ya que hay muchos MT. con apenas movimiento dispuestos a trasladar hasta allí a quien se lo pida.
La carretera discurre entre hermosos paisajes rurales con casitas de adobe o de madera sobre pilones, pintadas de turquesa y rosa, y techo corrugado. Pequeños arrozales, bananos, palmeras palmiste, planicie de hierbas altas y unos pocos árboles constituyen la mayor varidad de vegetación de esta zona.
Saut d'Eau (Sodó en creole), es un salto de agua de unos 30mts. de altura, seguido de una serie de caídas de agua sobre piedras y piscinas naturales muy poco profundas y rodeado de gran vegetación donde se produce por filtración de la luz solar y la bruma del agua diversos arcos de vivos colores. Se encuentra en Ville Bonheur, en el Valle Artibonite. Todo su entorno está vallado para controlar que todos paguen "su derecho a ser sanado" por la espiritualidad del emplazamiento.
Se trata de un lugar sagrado desde que se creó en 1842 por la desviación de un río local tras un terremoto. Una asociación religiosa se la aplicó desde que en 1847 algún iluminado (o religioso espabilado) dijera que se le apareció la Virgen María sobre una palmera. Los más devotos advirtieron la cercanía de la cascada como "agua sagrada" y otros que el color del ropaje rojo y azul de la virgen representa a Erzulie Dantor el espíritu Iwa   dentro del panteón vuduista. Inmediatamente a su creación llegó a ser asociado con el espíritu vudú Iwa Dambalah (la Serpiente) y su esposa Ayido Weda (el Arco Iris).
Desde ese momento hasta allí se trasladaron peregrinos en busca de espiritualidad y curación, construyéndose más adelante un templo. 
Como resultado, Católicos y Vuduistas peregrinan juntos hasta este santo lugar.
Las ofrendas las realizan durante todo el año al igual que los baños espirituales entre velas encendidas, rezos y entradas en trance (montárseles el santo) poseídos por el espíritu del agua, por el mismo Erzulie, mediante la ayuda de ciertos santeros o santeras. Durante más de un siglo los haitianos de clase alta, media y pobre han caminado desde cientos de kilómetros a la redonda para pedir a la Virgen la bendición. Los enfermos y los necesitados en ropa interior dejan que el agua caiga sobre ellos realizándose el lavado espiritual de sanación. El festival comienza en julio, dura tres días, del 14 al 16 de julio fiesta anual de Nuestra Señora del Monte Carmel.