6 feb 2015

Un Descanso en la Punta de Arena de Port Salut

La vuelta la intenté volver a hacer en alguna de las cómodas guaguas climatizadas pero esta vez he tenido mala suerte. El martes, día que tenía programado marchar de Jeremie, no salía ninguna de ellas así que tuve que reservar un asiento en una normal, de esas multicolores en la que se viaja apretados como sardinas enlatadas. Tampoco me ha importado mucho, aunque el horario es de lo más jodido: 05:00 de la mañana, y hay que estar una hora antes en la Estación de Guaguas (Estasyon de bis). Bueno, pensé que tampoco habría que ser tan puntual. La cuestión era llegar a mi siguiente destino: Por Salut, una pequeña ciudad al borde del mar donde dicen que se encuentran las mejores playas del sur de Haiti.
La noche anterior contactó conmigo un Moto-Taxi que se está quedando en el hotel y me dijo que me alcanzaría a la estación de guaguas si le pagaba 100g.. Como el precio normal es 20g., le dije que al ser tan temprano 50g., más del doble, sería lo conveniente. Un poco a regañadientes me dijo que de acuerdo, pero no saldríamos una hora antes sino media. Le advertí que habría que estar una hora antes... pero me dijo que no me preocupara. Y así hice. 
La cuestión es que no se levantó. Creo que no vio negocio, y que su "palabra" valía menos que lo pactado. Así que su compañero de habitación me abrió la puerta del hotel y esperamos que pasara a esa temprana hora algún MT. Vaya jugadita. Eso me vuelve a confirmar la falta de palabra de la gente en general. Pues nada, a ser como ellos!.
A las 04:50 llegué a la Estasyon y la guagua ya estaba completamente abarrotada. No había sillón para mi, aún habiendo comprado el boleto el día anterior. Tras varios intentos de conseguir hueco solo pude hacerme un pequeño espacio en la escalera de acceso, de pie y con dos pasajeros más. Así que, aguantar la peor carretera del país, de pie, en una vetusta guagua, a oscuras porque no había amanecido y sin poder cerrar ojos.
Tres horas y media de angustiosa carretera me trajo nuevamente hasta Les Cayes y desde allí, tras desayunar, un MT. (200g.) me llevó hasta Port SalutEn 35min. hicimos el trayecto sin apenas riesgo en la conducción, aunque algo incómodo con la mochila grande a la espalda.
Esta pequeña ciudad de una sola calle perfectamente pavimentada que recorre varios kilómetros de pequeñas playas de guijarros y conchas está muy bien cuidada por el gobierno. Tienen muchos servicios que escasean en otras ciudades y la están promocionando como destino turístico con próspero futuro. Los hoteles son todos muy caros. Por menos de 75$ no hay nada medianamente en condiciones. Hay algunos por 1.200/1.500 g. (unos 30$) pero muy cutres y lejos de la playa.
Como sólo me iba a quedar un par de días para descansar elegí hospedarme en el Hotel Reposoir du Village, que se encuentra en la misma orilla de la playa bordeada de cocoteros, arbolado y vegetación. El precio que tiene marcado "durante todo el año" es 75$ con desayuno incluido. Está junto al hotel du Village, que hasta hace poco sus precios oscilaban entre 25/75$ pero creo que los propietarios han acordado una tarifa estándar para no hacerse competencia.
Sin embargo, los precios en general siguen siendo extraordinariamente altos para el escaso servicio que ofrecen. Y principalmente para el nivel de vida que hay en Haiti. No hay precios de alta o baja ocupación. O pagas o no hay nada!. Tuve suerte y pude conseguir un descuento. He pagado 60$ pero me han quitado el desayuno. Que cutres!
Sólo tienen clientes los fines de semana, y parece ser que los habituales son los Cooperantes Internacionales que se gastan sin pudor en lugares como éste gran cantidad de dólares. No se yo si a costa de las organizaciones con las que trabajan y que a la vez es el dinero que va hacia la Cooperación con el país y que principalmente viene de donaciones. Es decir, parte de un presupuesto que debería ir dirigido a los haitianos. La cuestión es que muchos vienen a tomarse las cervezas o a comer (se paga en $, y cuestan el doble) a estos hoteles playeros entre semana también.
La situación de este hotel es de las mejores. Una serie de bungalows frente a la pequeña playa, un restaurante que todo se paga en dólares y que le suman el 10% de Tax, mesas en la arena y hamacas al borde del mar. Es lo que andaba buscando.
Mucho más barato, por cierto, que la Isla de la Vaca, y el lugar es muy bonito. Cerca hay pequeños puestos de comida, varias tiendas de alimentación, y está situado al comienzo de Pointe de Sable, muy cerca del centro activo de Port Salut. Al otro extremo de la playa se encuentran varios restaurantes de playa y algunos puestos de comida con mesas y sillas sobre la arena, a la sombra de grandes manguíferas y cocoteros. Ideal para almorzar o cenar junto a los pescadores diferentes tipos de pescado, langosta o cangrejo de río asándose según demanda ante los ojos del cliente, principalmente local, servido con plátanos fritos (banan pezé), arroz con frijoles (dirik ak pua), finos y crujientes. También otros platos cocinados allí mismo como lambi (molusco marino) en salsa, cabra, pollo o cerdo. 
Allí me comí otro pescado (pwason) con banan pezé y ensalada picante (pikliz) además de varias Prestiges mientras caía la noche. Aunque es a medio día cuando más puestos hay abiertos.
El ambiente es muy sugerente y su gente agradable, curiosa y muy educada. Es sencillo hacer amistad y hablar con casi todos.
Ni que decir que los dos días que me quedé fueron los más relajantes del viaje. He preparado la siguiente parte del viaje que me va a llevar nuevamente a Jacmel para pasar el fin de semana carnavalero y luego continuaré hacia el N. del país.