13 jun 2014

Viñales, que Infatigable Visión

La guagua de la Cía. Viazul que me llevó a Viñales es la misma que viene de La Habana y que me dejó en Las Terrazas hace unos días. Tarda casi dos horas en realizar los 117kms. de trayecto y hace una parada en Pinar del Río. Luego continúa a través de bellas zonas de montes bajos y lomas de alta diversidad biológica florística que se caracterizan por ser paisajes únicos en el planeta.
La panorámica que aparece desde las alturas nada más alcanzar a la entrada a Viñales  descubre un amplio valle de fértiles suelos rojos y rojo-amarillentos ocupados por cultivos y pastos con una sucesión de montañas bajas carsificadas en cadenas o en Mogotes aislados (montículos cársticos creados durante el periodo Jurásico a causa de la erosión) resultando imágenes de gran colorido que me recuerda mucho a Vang Vieng (Laos). La vista más espectacular se percibe tanto desde el hotel Los Jasmines como desde el Centro de Visitantes, principalmente al amanecer cuando una espesa bruma baja envuelve todo el valle dejando las puntas de los mogotes al descubierto.
Esta pequeña ciudad fue construida en forma lineal con una fuerte influencia colonial, donde resaltan amplios portales y techos de tejas criollas. Su corte neoclásico tardío queda reflejado tanto en la arquitectura civil como en la doméstica, extrapolando elementos del campo a la ciudad. El uso de la teja criolla, el ladrillo y la madera constituyen los elementos básicos de la construcción de la vivienda viñalera que acompaña a las nuevas construcciones aunque no abandona el sentido estético y la fenomenal atmósfera de serenidad creada por sus habitantes.
Representa el arquetipo de población guajira con un campesinado agrario blanco, descendientes de canarios (gomeros y palmeros) llegados durante el s.XVII, que desconoce los agobios y las prisas. La gran cantidad de pequeñas explotaciones dedicadas al cultivo de tabaco, hortalizas y frutas se benefician de la humedad aportada por unos riquísimos acuíferos cargados de todo tipo de sales minerales recogidas durante su tránsito entre la maraña de cavernas y grutas bajo tierra.
Su calle principal (Salvador Cisneros) soporta todo el tráfico -que no es mucho- y una enorme sucesión de Paladares, Restaurantes, pequeños supermercados y algunas tiendas de souvenires. Cientos de Casas Particulares ofrecen habitaciones a los visitantes. Casi todos los vecinos quieren llevarse un "mordisco" de la enorme cantidad de turistas que por aquí vienen a quedarse algunos días para disfrutar de los encantos de esta localidad. Al caer la tarde se puede observar a muchos de sus habitantes más mayores sentados en mecedoras de hierro (el mueble nacional) bajo el porche de sus casas descansando o charlando entretenidamente.
Como había reservado habitación por teléfono me esperaban a la llegada de la guagua para indicarme el camino de la Casa Particular donde me quedaría todos estos días. Dicen que es una manera gentil de servir al turista pero la finalidad es que nadie se interponga en el camino hacia la Casa y se lleve al turista a otra, con la consiguiente comisión. Hasta hace poco la lucha por conseguir captar turistas a su llegada acababa con enfrentamientos, que en algunos casos eran agresivos, entre los propietarios y "comisionistas" demandando retribución hasta por la comida que encargaba el turista en la Casa. El gobierno ya ha regulado la forma de recibir al turista en la parada y así no se pueda sentir agobiado por las captaciones.
Ahora es temporada baja y aún así se ve muchos extranjeros paseando por los alrededores. Para los que no quieren caminar se ofrece la posibilidad de un bono-guagua (5cuc) que permite durante todo el día utilizarlas para visitar las atracciones turísticas cercanas. Salen unas cinco o seis veces al día. Precisamente estos días está estropeada.
Sin embargo, con una bicicleta se puede recorrer fácilmente el valle y alcanzar parte de su extenso sistema cavernario ya que las carreteras son prácticamente llanas. Junto a la parada de guaguas se encuentra unos de los puntos de alquiler (1cuc/hora) para recorrerlas con tranquilidad.
El Centro de Visitantes dispone de paneles explicativos muy detallados acerca de las formaciones rocosas de la zona, informaciones de interés, rutas guiadas por los asentamientos cercanos...
No permiten las paseos en solitario de los turistas para que de esa manera alquilen sus servicios de guías. En mi caso, me indicaron un camino para bajar a pie desde la colina donde se encuentra el Centro atravesando por algunos bohíos (casas de madera con techo paredes de rafia), diversas plantaciones de tabaco, millo y alguna que otra vaca pastando a su aire. La cosecha esencialmente se la tienen que vender al gobierno y éstos son lo que marcan el precio de mercado. 
Las vacas y bueyes  pertenecen al estado aunque sus propietarios sean los legítimos dueños. No pueden comerciar con ellos ni comérselos, bajo pena de cárcel. Le exigen un estricto inventario de sus reses. Es la manera que tiene la Revolución de controlar el enriquecimiento desmesurado (a veces usurero) de los agricultores. Aunque luego en algunos mercados los directores o encargados, puestos por el gobierno, negocien ilegalmente para enriquecerse a costa de todos. Casi todos los meses hay juicios donde procesan a alguno de ellos. 
Los vecinos (güajiros) se mueven tanto a caballo como en carretas tirados por los mismos o por mulas. El abandono por parte del campesino de las formas mecanizadas actuales siembra el paisaje de elementos tradicionales de cultivo con medios de tracción animal, creando una visión ya desaparecida en las zonas industrializadas, como la yunta de bueyes o el molino de piedra para triturar el maíz.
Los cambios introducidos por el hombre en todo este entorno se produjeron fundamentalmente a principios del s.XIX cuando tuvo lugar un aumento significativo de la población y una más intensa ocupación de los valles para el fomento agrario. La cosecha del tabaco, cultivado de forma tradicional, configuró el paisaje cultural del Valle así como su base económica y social. El proceso manual del tabaco constituye uno de los atractivos de la zona con la recolecta, el ensarte, el secado y la confección. Numerosas fábricas instaladas por toda la provincia siguen fabricando los mejores habanos del mundo, orgullo de la nación y de la Revolución.
Los montes y mogotes recubiertos por densa vegetación en esta parte de la isla son uno de los principales núcleos de endemismos de Cuba presentando un buen estado de conservación debido a su inaccesibilidad. Por su más de 660 especies florales (150 son endémicas), una vegetación constituida por pinares y encinares que ocupan una estrecha franja entre las cadena de mogotes, y por más de 70 especies de aves donde destacan por su singularidad, colorido el Tocororo (ave nacional), el Arriero, la Cartacubael Negritoel Pájaro mosca, el Tomeguín del pinar, el Tomeguín de tierra,  el Ruiseñor cubano..., el Parque Nacional de Viñales ha sido declarado Paisaje Cultural de la Humanidad en 1.999, nombrándosele también como la Catedral del Carso Tropical. 
En la carretera que va de Viñales hacia el asentamiento La Palma y a unos 4kms. se encuentra La Cueva de San Miguel, una enorme gruta en la base de un mogote donde han ubicado un bar-restaurante (infestado de mosquitos) con muchas mesas. Sentarse a disfrutar de tan dramático paisaje y de las conglomeraciones rocosas esencialmente atractivas hace de este espacio un lugar fascinante. Tras pagar en el bar el derecho de entrada (3cuc) y caminar por una estrecha gruta calcárea que atraviesa el mogote se llega a un museo que recrea un poblado cimarrón (esclavos africanos huidos de sus "amos") creado por los fugitivos que vivían escondidos en esas cavidades. Se trata de una muestra de la rústica manera de vivir en palenques (cuevas) donde se refugiaban con sus armas construidas de hierro y varas de madera, camas de yagua, figuras representativas, artilugios de piedra e instrumentos de cocina.  
Algunos de esos mogotes y sus cuevas del Valle de Viñales sirvieron de refugio igualmente a las culturas precolombinas -como los Amerindios Guanahatabey- que habitaron en Cuba antes del descubrimiento de la isla por los europeos. En algunas de estas cuevas se han hallado pinturas, restos de los utensilios y fosas funerarias. 
Una vez asentados en el terreno se produjeron muchos cambios, principalmente el exterminio de la gran mayoría de sus habitantes al ser obligados a realizar trabajos forzados y por enfermedades de transmisión. Una vez que conocieron la fortaleza de los negros de África para trabajar la tierra los importaron para realizar esas mismas labores. Para adoctrinarlos los castigos eran severos y frecuentes imponiéndose la ley del látigo para mantener la disciplina. Con el paso del tiempo y mientras pudiesen escapar de ese maltrato un buen número de esclavos se irían escondiendo en esos palenques, convirtiéndose entonces en negros cimarrones. Se organizaban rastreos a caballos y mataban a todo negro que localizaran viviendo en libertad. Allí era tan difícil descubrirlos, por lo escondido y abrupto del terreno, que ni siquiera los perros de los amos los encontraban. 
Al otro lado se encuentra otro restaurante con varias chozas de paja, abierto sólo para el almuerzo, decorado con cada deidad que representa a diferentes Orishas afrocubanos. El plato principal es un excelente pollo asado sazonado con orégano, comino, ajo, y jugo de limón. Y el arroz amarillo, con trozos de jamón, beicon, salchichas y guisantes... riquísimo.
Continuando un poco más por la carretera se llega hasta la Cueva del Indio, la parte más interesante y bonita del valle. Es otra fascinante cueva de unos 200 metros de profundidad que se realiza a pie donde se puede observar las curiosas formas de muchas estalactitas y estalagmitas, extrañas formaciones sobre las paredes y pinturas rupestres que datan de la época precolombina. El hecho de poder estar en el mismo lugar que siglos antes ocuparon estos pueblos y admirar las huellas de su pasado es maravilloso, aunque no se vean signos de su ocupación como pinturas o restos arqueológicos. Lástima que a la entrada hayan situado a unos individuos con taparrabos y pintorreados fingiendo ser aborígenes que por unas divisas deleitan a los turistas (!).
Esta cueva ha sido también perfilada  por el desgaste del agua que lo inundó todo durante su formación hace millones de años. Luego hay que subirse a un bote que surca otros 200mts. a través del río subterráneo San Vicente, que penetra la montaña, para observar algo más el interior de la gruta hasta llegar a la salida (total 5cuc). Fue re-descubierta en 1.925. Se cree que el conjunto de grutas fue usado también por los Amerindios Guanahatabey para refugiarse de los colonizadores españoles y, al hallarse en su momento restos humanos, como lugar funerario.
Otra interesante visita la realicé igualmente en bici hacia el oeste donde se encuentran el Mural de la Prehistoria, el Mogote dos hermanas, el Mirador y los montes donde habitan los Acuáticos, una enigmática comunidad de individuos que no han querido adherirse a los avances tecnológicos actuales.
El Mural de la Prehistoria, creado en 1.959, es uno de los mayores frescos a cielo abierto del planeta (120mt. de altura). Está pintado sobre paredes de rocas del período jurásico -hace más de 160 millones de años-. Compuesto por 12 piezas, representa el pasado biogeológico de esta región considerada como una de las tierras más antiguas de Caribe. Junto a las figuras humanas que evocan a los aborígenes de esta zona, destacan grandes mamíferos como el oso gigante ya desaparecido (megalocnus rodens), dinosaurios, caracoles (amonites), moluscos de más de 70 millones de años de antigüedad o reptiles marinos mesozoicos. En el momento de realizar la obra, la pared fue lavada y preparada para llevar a cabo el proyecto, evitando así que la erosión deteriorara la pintura realizada totalmente a pincel (2cuc la visita). 
Pasando el Campismo Dos Hermanas y siguiendo un poco más hacia el interior se llega a un montículo-mirador con una casita de los vigilantes del valle en su cima, unos tipos un poco brutitos deseosos de divisas fáciles. Antipáticos si no se deja "algo" solamente por charlar con ellos. Como si por respirar en el valle haya que agradecérselos a ellos. Venden cocos para beber. Uno de ellos se ofrece de guía para visitar a los Acuáticos, una singular comunidad que vive en la ladera del monte cercano y que creen que el agua que corre por los riscos es su fuente de vida pues dicen que tiene el poder de curar cualquier tipo de enfermedad. 
Lo más llamativo es que ellos se niegan a cualquier tratamiento de la medicina moderna. Esa comunidad fue fundada en 1.943 por una santera (Dña. Antoñica Izquierdo ) que pertenecía a una familia con tradiciones de curanderos, conocida entre las mejores de esta zona, que en su momento había reconocido la importancia de ese agua potable para la salud. Las pocas familias que allí viven son autónomos y se dan baños purificadores tres veces al día. A pesar de la excelente atención sanitaria rural que el gobierno le presta la comunidad se niega a la asistencia de cualquiera de ellos que tenga un accidente o se enferme. No existen muchas referencias bibliográficas que permita esclarecer la realidad de su verdadera historia, que se ha convertido en leyenda con exageraciones y tergiversaciones que casi nada aporta al propósito de las autoridades de continuar incorporando poco a poco estos habitantes al proceso revolucionario. Se habla que hace años en la zona donde vivía Dña. Antoñica con toda su familia, su hijo de 2 años comenzó a tener fiebres muy altas (calenturas) y como no disponía de recursos para llevarlo al médico en medio de su desesperación tuvo una revelación divina en la que una imagen de la Virgen María le recomendaba bañar al niño con agua del arroyo más cercano, y cuando así lo hizo éste mejoró realizándose de esa manera el milagro que la convertiría en una celebridad. Sucedió el día 8 de enero de 1936.
En otra aparición, la Virgen le dijo que estaba designada para curar a los infelices, que no podría cobrarles ni hacerlo por interés y que tampoco podía usar medicinas moderna (solo con el agua de los manantiales de la montaña), no tener vicios, no participar en la vida política del país y negarse a la educación de aquella época debido a que el sistema sólo enseñaba a explotar a los demás hombres.
Como resultado de sus discursos Dña. Antoñica  llegó a convertirse en un líder natural, fundamentalmente entre los campesinos, promoviendo con sus palabras que la tierra debía ser entregada a los campesinos porque eran ellos los que la trabajaban, así como también era partidaria de la resistencia pasiva ante los atropellos que cometía el gobierno de turno y muestra de esa influencia lo constituye el haber sido capaz de recoger cientos de papeletas electorales para evitar que fueran entregadas a ningún político, razón por la cual comenzó a ser considerada una seria amenaza para quienes tradicionalmente se habían beneficiado de la ignorancia de los más pobres y humildes de la sociedad. Fue recluida en un hospital por segunda vez acusada de los delitos de falsedad, incitación a la rebelión, alteración del orden y de incumplimiento de sus deberes con el censo electoral, certificando los médicos que padecía de paranoia y allí murió el día 1 de marzo de 1.945 sin que nunca se dijera que le estuvieron inyectando medicamentos desde su primer ingreso para acelerar su lógica "alteración" por el fenómeno en el que se vio envuelta aquella campesina. En 2.001, con más que 90 años, murió el más viejo de la comunidad. 
Está haciendo un tremendo calor a medio día y casi todas las tardes suele llover debido a la altísima condensación del aire. Hay mucha humedad y por las noches no es necesaria la climatización de la habitación.
Los bares y restaurantes con sus pequeñas terrazas con sillas y mesas junto a la Plaza, donde se encuentra la Iglesia del Sagrado Corazón, es un lugar perfecto para refrescarse bebiendo unas cervezas y ver el trajín de los habitantes en esta pequeña ciudad.
Las diversas agencias estatales de viajes ofrecen un buen número de excursiones organizadas, desde visitar diferentes Cayos (Levisa, Jutias...), Playas como María La Gorda, visitas culturales por Pinar del Río o Viñales, Cuevas, Paseos a Caballo, Paseos a través del Centro de Visitantes por áreas de alta diversidad de flora y fauna endémica... Los precios son igualmente elevados al no tener competencia con otras agencias privadas porque simplemente no existen.
Igual ocurre con el Centro de Buceo de María la Gorda, que al pertenecer al estado ni siquiera ofrecen ofertas llamativas a los turistas que se encuentran en esta provincia, por ejemplo. Les da igual vender o no vender en época de temporada baja.
Pensé que era momento de cambiar un poco de ambiente y dar un salto a alguna playa y entre Cayo Jutias y Cayo Levisa preferí éste último por lo sugerente de tener que acceder en embarcación como única forma de llegar a la isla.
Así que me dirigí a una de las agencias de viajes -esta vez fue Paradiso- y compré por 29cuc un paquete de transporte-embarcación-almuerzo ligero y disfrute de la isla y me presenté en la oficina al día siguiente a primera hora de la mañana para subir a una pequeña guagua que recogió a los turistas que habíamos elegido ese día para hacer la visita. Casi hora y media duró el trayecto por una carretera rural que aconseja mucha precaución al atravesar numerosos asentamientos campesinos -de guajiros y conucos-, donde ganado, caballos y bicicletas comparten la vía con todo tipo de carros y desvencijados camiones atiborrados de todo tipo de carga, incluida la humana. Muchos de ellos con gorros de paja van a cortar las malas hierbas al borde de las carreteras, y otros a asfaltar trozos deteriorados de las mismas. Aquí trabaja quien quiere. Pero a muy bajo salario. El humillante bloqueo americano y europeo ha hecho de Cuba un país empobrecido y con pocos recursos internos. 
El paisaje en ocasiones es algo agreste debido a las intensas talas del pasado aunque se siguen repoblando con pinos, diferentes tipos de bosques y plantas autóctonas, hasta alcanzar el puerto de Palma Rubia donde salen las embarcaciones. Y otros 30min. más para alcanzar ese pedazo de tierra rodeado de manglar, menos la zona norte que es una larga playa de arena coralina con un pequeño arrecife a algo más de 100mts. de la costa. Las formaciones de coral están bien conservadas, habitan colonias de estrellas de mar, gorgonias y una variada fauna marina. Estos arrecifes forman parte de la barrera coralina de Los Colorados. 
Cayo Levisa es una buena opción para cualquiera que quiera pasar unos días relajantes aislado del mundo en alguna de las cabañas frente a una larga playa de arena blanca, vegetación tropical pero con escasa fauna autóctona. Dispone de un restaurante playero y otros dos restaurantes con precios no muy caro para el lugar en que se encuentra. Sólo es accesible por ferry dos veces al día y es posible alquilar alguna embarcación local por si se quiere hacer otras rutas por los alrededores. 
Esta parte está tomada por un enorme hotel compuesto de muchas cabañas con muy mal gusto. Y aún están construyendo muchas más. Dicen que posiblemente alcancen las 80 unidades. Esto significa mogollón de turistas en temporada alta. Que desastre!. Si ahora en temporada baja accedimos aprox. 60 turistas en varias guaguas, más los que se hospedan allí, podría ser agobiante la suma de todos los meses de más actividad. 
Como la vuelta es a la 5 de la tarde, da tiempo para tomar el sol, pasear tranquilamente a lo largo de la playa o realizar inmersiones. Se puede utilizar las hamacas sin cargo alguno. No vi apenas peces en su no tan claras aguas de la orilla. Hay un centro de buceo con experiencia y equipamiento adecuado. 
Posiblemente la elección de visitar Cayo Levisa no fuera la más acertada, aunque me dejé llevar por comentarios de algunos turistas que habían estado allí. Lo que más me llamaba la atención era que había que llegar en embarcación hasta la isla, cosa que no ocurre si se quiere visitar Cayo Jutias, que posee una playa de 5kms. de longitud de buena calidad en su costa norte, mientras que la sur está cubierta de manglares que enriquecen su entorno ecológico, aunque éste ha sido dañado con la construcción del pedraplen (carretera) que lo une a tierra firme.
Como quedaba una semana para que se me cumpliera el mes de Visado decidí acercarme a la Oficina de Inmigración para conseguir una ampliación de 30 días. El precio es de 25cuc en sello-timbre que se compran en los bancos de cualquier ciudad grande. Hay que presentar el pasaporte, el sello, el nombre del lugar donde se está hospedando y esperar el tiempo que considere necesario el agente de policía correspondiente para formalizar el trámite. Desde sus ordenadores tienen acceso a la información personal recabada en el aeropuerto de llegada, con la fotografía que me hizo su compañero al llegar al país. Por lo tanto no es necesario aportar ninguna otra foto. Afortunadamente la agente que me atendió fue muy amable y no tuve que hacer cola porque sencillamente no había nadie más en la oficina. Sin embargo, la lentísima cola del banco sería la que más tiempo me hizo perder por su extremada lentitud a falta de personal en las otras tres cajas, aunque detrás había muchísimo personal yendo de un lado para otro (a sus cosas, supongo).