Me he quedado en un fortaleza francesa restaurado por Norman Zarchin, un alemán que vino aquí para quedarse y su esposa haitiana Jacqueline. Su hotelito (Norman Place) de siete habitaciones ha conservado casi la misma forma que cuando funcionaba como defensa de la costa utilizando, siempre y dentro de lo posible, los vestigios encontrados en el terreno que compró.
Estaba en ruinas y lo pudo rehacer con la ayuda de su mujer y gente del pueblo. Todo el mobiliario es colonial. Las figuras antiguas talladas de madera, sus cuadros, trozos de viejas botellas, cadenas y grilletes de presos... combinan en el espacio perfectamente incluso con la TV de plasma donde se pueden ver los canales de Francia y el Caribe.
No hay ninguna zona de playa en condiciones en todo el pueblo porque ésta parte es poco profunda. La calita que corresponde a Belly, otro hotelito de costa que está muy cerca, tiene algo más de arena pero sucede lo mismo con la marea. El pueblo es muy sucio y descuidado. Se nota que los pescadores que viven ahí tienen algo más de poder adquisitivo porque nadie pide dinero ni los niños comida. Toda la pesca se la venden al mercado de Cap y muchos trabajan para la compañía naviera Royal Caribean Criusse que atraca unas horas, varios días a la semana.
Hay varias playas perdidas por la costa oeste y hay que alquilar una embarcación para visitarlas. Tampoco son extraordinarias, ni la misma playa de la compañía naviera, Coco Beach, exclusiva para que sus clientes pasen unas horas disfrutando de diferentes juegos acuáticos como motos, parapente, hinchables, trampolines, toboganes, pubs, cafeterías... Varios días a la semana el acceso es público, pero hay que pedir permiso.
La única que destaca es Playa Paraíso, a unos 20min., en medio de un bosque que crece en los acantilados. Su arena es clara, una pequeña cascada vierte sus limpias aguas, cuando llueve, al mar y es muy visitada por los cruceristas.
Nuevamente he utilizado Caribe Tours para cruzar fronteras y con la misma comodidad de siempre. Aunque esta vez por ser lunes había mucho más alboroto en el paso fronterizo. Los lunes y viernes son días de mercado e intercambio comercial entre ambos países.
Me encuentro ahora en Santiago y como de momento no hay ninguna fiesta popular, estoy mirando algunas opciones en el norte para pasar los pocos días que ya me quedan.
Cabarete me ha parecido una buena oportunidad para hacer algo de Surfing, ya que los vientos están siendo muy flojos estos días, y esta playa la conozco bien tras pasar varios días el año pasado también surfeando.