4 abr 2016

El Vudú haitiano es otra religión más

El Vudú  (proviene de vodun, una palabra que usaban las tribus fon para definir a los espíritus) es una religión politeísta de armonía y tolerancia basada en las relaciones entre el mundo natural y el mundo sobrenatural y los vínculos entre los vivos y los fallecidos, que carece de teología fija y jerarquía organizada al estilo católico. Aunque tiene su origen principalmente en las prácticas religiosas de las tribus fon (Benin, anteriormente Reino de Dahomey), yoruba (entre el Volta y Camerún), kongo (Angola-Gabón-Congo) y ewe (entre Ghana y Togo) su estructura, tal como se conoce hoy día, fue recreada en Haiti por los esclavos africanos durante la colonización europea de América, constituyendo el cimiento que une al pueblo haitiano en los momentos de crisis y lo salva de la desesperanza. 
En la actualidad, el Vodou (en lengua kreyol) que se practica no es la versión más pura que se conoce, de hecho, es un conjunto de de Cultos ancestrales y Magia popular africana (al ser variados los grupos étnicos o naciones (nasyons): Dahomey, Kongo, Ibo, Nago, Rada Petwo, Gede..., dio lugar a que la liturgia vudú se dividiera en partes para satisfacer diversas tradiciones), Europea (en forma de Catolicismo y espiritualidad Celta) y la influencia de los Indios taínos, los arawaks, o los caribes (pobladores originarios, que fueron en pocos años exterminados) y cuyas prácticas de curación se convirtieron en una parte importante  del culto. Es dominante en Haiti se toma muy en serio no sólo por los campesinos iletrados, también por la sociedad culta y adinerada del país. Casi todos los haitianos la practican, incluidos católicos y protestantes, aunque no todos presumen de ello ni lo hagan con igual regularidad o corrección. Tiene muchas ramas o linajes (Asson, Deka, Tcha-Tcha, Makaya, Wouj, Bizango...) y estilos de prácticas.
Los orígenes de la nasyon Petwo no están claros pero muchos creen que son los espíritus de los esclavos originales y las poblaciones indígenas de la isla, una especie de "cosecha propia". Son agresivos, exigentes, rápidos y protectores. Estos espíritus fueron llamados durante las revueltas de esclavos que comenzó en 1791, que en última instancia condujo a la derrota de las tropas de Napoleón en 1803 y a la independencia en 1804
Las prácticas y descripciones de la creencia vudú podría sonar a algunos desinformados como actos de superstición y magia negra, pero es tan real como las principales religiones del mundo. Ha sido y es muy criticada por quienes ignoran su existencia.
Gracias a ciertos valores importados de los pueblos africanos y transmitidos por el vudú de generación en generación, Haití ha podido soportar la miseria y la opresión, sin descomponerse como sociedad. Muchos de esos valores morales se encuentran condicionados a todos los actos de la vida cotidiana de los haitianos como son: 
el Respeto y veneración al Grand Mét o Bondye (el Dios Bueno), árbitro supremo del destino; 
el Respeto, honor, servicio fiel a los lwas (espíritus), protectores del individuo, del grupo y de la comunidad; 
el Respeto a los Muertos
el Respeto, honra, obediencia y asistencia a los ancianos, a los patriarcas y matriarcas de la familia y de la comunidad; 
la Generosidad y buena convivencia con los próximos así como con los extranjeros; 
la Solidaridad y ayuda fiel en todos los niveles de parentesco y de amistad, así como también la generosidad en el ámbito de la comunidad global.
El espíritu de ayuda y cooperación es mucho más intenso en los sectores más pobres, al que llaman "espíritu de kombit", y representa al trabajo hecho en comunidad (hounfou), al ritmo de tambores y cantos por personas que luego participarán en un servicio vudú todos juntos.
No hay requisitos para participar en el vodouDe hecho no hay absolutamente ninguna limitación de raza, nacionalidad, religión u orientación sexual para participar. 
La entrada al templo, llamado Perystil, es pública, y cualquiera puede cantar y bailar. No es un culto centralizado, no hay salarios para los sacerdotes, que viven de las contribuciones que reciben dado que el templo es propiedad privada suya, y hay que pagar los gastos de los que tocan los instrumentos de percusión, de la comida que se ofrece y del arreglo general del templo.

Cuando los esclavos africanos llegaron a La Española (actual Haiti Rep. Dominicana) en el s.XVI fueron instalados en sus respectivos campos de trabajo. Los colonos europeos pensaron que mediante la separación de las diferentes tribus crearían la diversidad, en una simple estratagema para impedir la comunicación entre ellos y así evitar la rebeldía. Pero esta estrategia fracasó completamente. 
Los africanos a pesar de ser de procedencia de diferentes países, diferentes tribus y de diferentes lenguas (dahomeyfon, yorubamandingacongoibohausawolof...) fueron capaces de encontrar elementos comunes mediante la adopción de las singularidades de cada grupo. 
Allí encontraron que sus creencias religiosas entraban en conflicto con las de sus amos. Como resultado se les prohibió practicarla abiertamente y se les impuso la obligación de olvidarlas para practicar el catolicismo y la adoración de nuevas imágenes que representaban a los principales símbolos cristianos. Los esclavos con el fin de cumplir las normas, rezaban y cantaban a los nuevos símbolos cristianos para no ser castigados severamente, atribuyendo a sus espíritus (lwas) las imágenes de los santos católicos, por eso muy populares, mencionándolos constantemente en las plegarias.
Éstos observaron que la forma en que sus maestros practicaban su religión no era tan diferente a la manera en que ellos mismos practicaban la suya propia. Por ejemplo, en ambas se utilizaba inciensos, vestidos con trajes durante su adoración, rezaban a sus santos pidiéndoles que intercediesen en su nombre, cantaban.... Así pues, incorporaron sus propias costumbres y comenzaron a invocar no sólo a sus correspondientes dioses y espíritus sino a experimentar todo tipo de nuevos cultos, convergiendo con los rituales de los diversos grupos étnicos allí existentes. Ocasionalmente los colonos permitían bailes los fines de semana. No desperdiciaron la ocasión y esas danzas llegaron a ser realmente prácticas vodou encubiertas. 
El resultado de toda esa fusión fue la creación de una nueva religión: el Vudú haitiano.
Tras la liberación de los esclavos en 1804 los blancos fueron expulsados de Haiti y otros fueron asesinados, incluyendo sacerdotes católicos. El Vaticano no tardó en romper relaciones con Haiti, volviendo a retomarlas en 1860. Y fue en esos 56 años cuando los houngans mambos (sacerdotes y sacerdotisas vudús) hicieron acrecentar la religión haitiana, el Vodou, en un sincretismo de religiones africana, católica y nativa.

En el Vodou los espíritus (lwas o loas) determinan la vida de los creyentes. Cualquier cosa que le suceda a una persona no estaría causado por ella misma, sino que ha sido el Lwa quien lo ha causado. El Lwa no es cambiante, las cosas suceden porque éste lo ha decidido. Si alguien quiere cambiar algún aspecto de su vida, una enfermedad actual, los fundamentos del sistema social..., hay que pedírselo al espíritu correspondienteNadie actúa a su libre criterio, sería contraproducente porque es el Lwa quien decide de cualquier modo. Se cree que toda persona tiene al menos uno dado por dios y a menudo tiene acceso a muchos otros espíritus o antepasados.
El aspecto fundamental del vodou (en kreole Sevis Gineh = Servicio de África), es la curación de las enfermedades y la protección ante la brujería y la magia negra, todo ello pedido a los loas en medio de convulsas danzas y fervorosas plegarias. Las actividades curativas podrían llegar a constituir el 60% de toda la actividad religiosa. Los curanderos curan con hierbas, otros con la medicina occidental y otros con la fe (con la ayuda del Lwa y aguardiente). Cada espíritu tiene su enfermedad concreta y a él hay que acudir para curarla. A veces, los trastornos aparecen como señal y llamada de un Lwa o antepasado con el que debe establecerse oportuna relación.
Para los haitianos hay un solo dios: Bondye (el dios bueno) o Grand Met. Este dios es similar al del cristianismodel judaismo o del islam.
El cuerpo humano tiene dos espíritus: el Ti-Bon-Ange (el Angel Pequeño Bueno), similar a lo que entendemos por Conciencia, y el Gwo-Bon-Ange (el Angel Grande Bueno), similar a lo que entendemos por Alma, aunque en este caso va por separado, es decir el día del juicio ante dios, es este alma el que representaría a la persona fallecida.
El Sacerdote (Oungan/ Ougan o Houngan, incluso Sevitè) es hombre y Mambo, la sacerdotisa, pudiendo ambos hacer el mismo trabajo religioso (Sevis Ginen). Sus funciones son tan dispares como la curación, la realización de ceremonias para llamar o pacificar a los espíritus, formar a futuros sacerdotes (Tesses), servicios Kanzo (ceremonias de iniciación)tocar el Asson (calabaza hueca llena de conchas, semillas, vértebras de serpiente..., tipo maraca), predecir el futuro, interpretar sueños, realizar hechizos o protecciones (wanga), crear pociones con diferentes propósitos (desde hechizos de amor a hechizos de muerte, aunque esto último es muy raro), etc.. 
Los servicios y los ritos que son totalmente participativos se suelen celebrar al aire libre, bajo techo o en un templo, dirigidos siempre por un Houngan Mambo, que también participa. Siempre se utilizan tambores de diferentes tamaños para proporcionar el ritmo necesario para los bailes. Éstos suelen ser confeccionados de acuerdo a viejos procedimientos: de maderas pesadas (principalmente de cedro), aromáticas, sacro-santas y con pieles de vaca o cabra según el tamaño, constituyendo uno de los elementos más importante en las ceremonias. Acompaña a estos ritmos un metal, que en muchas ocasiones es una hoja de la azada (Ogan).
Cada Lwa tiene su danza y su ritmo musical de percusión de modo que puede decirse que las distintas variedades de trance se producen en función de estímulos musicales específicos. Así pues, existe una estrecha relación entre el ritmo de los tambores, la danza y el Lwa que se manifiesta.  
Por otro lado, la manifestación del espíritu no invocado (raramente ocurre) constituye un signo nefasto y se ha de despedir discretamente de la reunión con ritmos llamados Mazon.
El iniciado puede provocarse, por sugestión, las conductas que delata a una determinada divinidad o espíritu. La posesión, a pesar de las apariencias, nunca es un acto desordenado sino controlado, siguen unas pautas que de algún modo organizan el fenómeno y lo hacen comprensible a los participantes y espectadores. Los participantes cuidan y atienden a los que se hallan en trance.
Casi siempre hay un maestro de ceremonias (Laplace) que dirige los pasos de la danza en cuestión, un Oungènikon (oficiante de ceremonia) que dirige los cantos y los bailes de los Ounsis/Hounsis ("iniciados", que en muchas ocasiones han de vestir completamente de blanco), empleando oraciones, canciones, tambores, vestuario especial y baile durante las ceremonias de llamadas al correspondiente Lwa. Son ceremonias disciplinadas, concentradas y cerebral. 
Cualquiera de estos participantes podría ser "montado" por un Lwa, que suele suceder en la mayoría de los servicios. Es decir, éste entra dentro del cuerpo tomándolo por un tiempo. Cuando el espíritu entra, la persona se va... (no está claro donde). El cuerpo es de la persona pero en realidad es del Lwa. Si monta a una mujer a ella se le referirá como El, no ella, durante el acto. Estas posesiones son normales, naturales y muy apreciadas, NO son demoníacas ni satánicas.
El "no iniciado" al vodou que asiste a ceremonias es llamado Vodouyizan, el que asiste con frecuencia a un mismo Peristyl y parece tener intención de iniciarse, se le llama Ounsi bossale, aunque es un término coloquial. Ahora bien, el primer grado de iniciación es Ounsi kanzo se adquiere en la "ceremonia del fuego" donde el aspirante puede ser poseído por un Lwa que haya invocado (podría equipararse al bautismo). El segundo grado es el Si-pwen, a partir de él la persona queda bajo el patronazgo de un Lwa particular, y se le considera ya un sacerdote, Oungan o Mambo, entonces dirige las ceremonias y casi siempre experimenta posesiones. El tercer y último grado es Asogwe, que equivale a un obispo y puede ordenar otros sacerdotes. En las ceremonias tienen la mayor autoridad, a no ser que un Lwa se presente y se manifieste a través de alguno de los participantes. Él tiene el poder final de invocar un Lwa en particular.
En casi todos los servicios vodou se realizan sacrificios de animales. La acción de matar un animal y su sangre indica nueva vida. Como el Lwa se encuentra exhausto en la exigente tarea de conducir el universo mediante los sacrificios le transferiría fuerza, se rejuvenecería y se sentiría feliz por la acción que se le dedica. 
El público que asiste a las ceremonias en el Perystil goza del espectáculo sin intervenir directamente en él. Sabe apreciar la intención de ciertos diálogos que se producen entre iniciados, poseídos y sacerdotes, y aprecia el modo de representar al correspondiente Lwa

Hay tres categorías importantes de seres espirituales:
- Lwa (o Loa) que son los diferentes espíritus de familiares fallecidos, los espíritus de las principales fuerzas del Universo (lo bueno, lo malo, la reproducción, la salud, los aspectos en la vida diaria...) que interactúan con la gente de la Tierra, entran en los cuerpos (o en la mente) durante las ceremonias religiosas y envían mensajes, incluso hacen que sucedan acciones buenas o malas. Los lwas a veces viven y descansan en lugares como árboles, piedras, o hasta en animales, de donde salen a voluntad si se los llama. Se manifiestan en sueños, accidentes inusuales, y en la posesión, que es normal y deseable; en este estado cantan, bailan, dicen chistes, curan los enfermos y profetizan. La persona poseída no recuerda absolutamente nada después, ni puede transmitir mensajes del espíritu, pues su cuerpo fue literalmente cabalgado por esa otra conciencia, (la persona así poseída es llamada chwal, traducido: caballo). Si el Lwa quiere darle un mensaje, se lo dice a otra persona que se lo comunica luego.
Los lwas se dividen en varios grupos y categorías. Se dice que hay 21 Naciones (Nasyons) o grupos de espíritus que normalmente comparten ciertos antecedentes en particular o linaje.
Según el tipo de rito o ceremonia se clasifican comúnmente en Rada, Petro y Banda (Guede), según sea "fresco" o "caliente", por sus maneras de manifestarse ante peticiones y obras.
- Los dobles o gemelos (les Mots y la Marasa) son misteriosas fuerzas de contradicciones: el bien y el mal. Lo positivo y lo negativo. La felicidad o la tristeza. Por lo tanto hay que honrarlos y recordarlos en diferentes servicios religiosos para que así ayuden a tener un mejor desarrollo en la vida.
- La muerte: principalmente es el alma de los propios familiares fallecidos que no han sido reclamados por esa familia. Así que sería muy útil honrarlos para que no produzcan desgracias.
Cuando un Vodouyizan muere se hace el ritual católico y el velatorio respectivo de nueve días, ahora bien, antes o después de esto se realiza la ceremonia del desounin (des-unión). Allí se separan los elementos de la persona, su alma, su fuerza vital, así como el Lwa que reside en la cabeza, y cada parte es enviada a su destino respectivo. 
Un año y un día después de la muerte, en una ceremonia el espíritu del muerto se invoca con un vaso de agua y se ubica en una vasija de barro llamada govi. Se coloca en el altar interior del templo, llamado djevo. Este espíritu puede hablar por sí mismo o a través de otra persona. A veces el espíritu de un muerto, regresa en forma de Lwa Ghede, pudiendo posesionar (montar) a las personas. 
El vodou se divide en dos tipos:
- Rada, un espíritu de la familia, generalmente pacífico y feliz. Representa más del 95% de los actos vodou.
- Petro (o Congo), es un vodou de magia negra, el espíritu del enfado, el desagradable. Pueden acontecer situaciones de peligro y maldiciones de muerte. Incluso envenenar a una persona para que parezca muerta (para ello utilizan tetradotoxin, una potente neurotoxina extraído del Pez Globo marino) y al cabo de unos día proporcionarle un antídoto para despertarlo, ocasionándole lesiones cerebrales para tenerlo completamente dominado (zombificación) y obligarle a realizar trabajos sin remuneración. Estas situaciones son extremadamente ocasionales. No es el típico acto vudú.
Principalmente cada Lwa se asoció con santos católicos. Por ejemplo, Dambala (la serpiente) es representado por St. PatrickErzulie (la madre Tierra) es la Virgen María, Ogun Ferray (trueno, fuego, hierro y guerra) es Santiago Matamoros, Ezini Freda (agua) es la Virgen del Carmen.... 
La consecuencia más importante de todo esto es que el haitiano no ve extraño la práctica del vodou con el catolicismo lado a lado y son a menudo muy devotos con cada uno de los santos. Este sentido religioso tiene poco que ver con la escalofriante versión que utilizó el cine gringo, con zombis y muñecos clavados con agujas. Ese tópico es el resultado de confundir el vudú con las prácticas mágicas de los bokors (brujos o hechiceros haitianos) o Sorciere (hechicera), los cuales no forman parte del sistema religioso -por lo tanto son "no iniciados"- sino que, más propiamente, se inscribirían en el ámbito de la llamada Magia Negra, aunque en la práctica el límite entre ambos es confuso. Dicho de otra manera, éstos fueron tomando protagonismo principalmente por la injusta y salvaje explotación que vivían los esclavos, quienes buscaban en los espíritus la ayuda para deshacerse de los esclavistas.
La fama que adquirió durante la independencia el "Ejercito rebelde caníbal" formado por esclavos, una vez derrotado al ejercito de Napoleóntras la realización de "misteriosos" rituales, así como las muertes escalofriantes por envenenamientos y otros medios de persuasión practicados por bokores, causaron en aquella época colonial gran terror. Más tarde, durante la etapa del presidente dictador Francoise Duvalier, contribuyó igualmente a la imagen negativa del Vudú.
Entre 1860 y final de 1940, se hicieron campañas ocasionales contra el Vodou sin poder ser erradicada de las mentes haitianas, pero fue en 1949 cuando emprendieron una guerra santa contra todo lo que estuviera relacionado con esa religión, que era su gran "competencia". En su misión para desarraigar supersticiones que se acogían en "habitáculos poco higiénicos" quemaron templos, santuarios, imágenes, artefactos sagrados, asesinaron sacerdotes (oungans y mambos) y exigieron la repulsa y el ostracismo del mundo católico a esta sociedad. Pero los haitianos continuaron rezando a sus lwas creciendo aún más ante tanto hostigamiento.
Ante la imposibilidad de destruirla, en 1950 la jerarquía católica paró a los sacerdotes guerrilleros e hizo irremediablemente las paces con el Vodou hasta estos días. "Si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él". Así pues, los tambores tradicionales y las melodías fueron incorporadas a los servicios religiosos católicos.
Sin embargo, en 1970 el protestantismo evangélico se introdujo en Haiti para restarles nuevos devotos. Tras Ronald Reagan, la evangelización creció enormemente. Hasta esa década Haiti era casi el 100% católico.
Su reconocimiento oficial llegó en 1987, mediante la Constitución haitiana.
Los evangélicos son acérrimos enemigos del Vudú denunciando en todo momento que es una adoración al diablo!!. 
El tele-predicador americano Pat Robertson, fundamentalista, intolerante e insensible portavoz de los cristianos conservadores, también decía que Haití está siendo castigado por "aquel pacto con el diablo" que se firmó en 1791 en Bois Caiman (B'wa Cayiman o "Nan Bwa Kay Imam = en el bosque en casa del Imán), cerca de Cap Haitian, en una reunión de más de mil esclavos y cimarrones comandada por un poderoso sacerdote esclavo vudú y también islámico llamado Dutty Boukman y una sacerdotisa mulata llamada Cecile Fatiman: allí se conjuraron mediante un pacto de sangre en una ceremonia vudú en el interior de una gruta en la que se presentó el espíritu petwo Ezili Dantor (representa a la virgen negra de Czestochowa, de la que, por cierto, era muy devoto el papa Juan Pablo IIrecibiendo un cerdo negro hembra salvaje como ofrenda y donde todos tras beber la sangre se comprometieron a luchar por la libertad, comienzo pues de la guerra de independencia contra los colonos franceses.
Sin duda alguna el protestantismo ha llegado a esta isla como un claro negocio. Sus grupos religiosos poseen alrededor de una docena de estaciones de radio logrando avances significativos en las conversiones. Hoy día al menos el 15% de la población haitiana ya es evangélica protestante.
Es evidente que todo el mal que le sucede a este país es obra de las represalias operadas por las potencias, especialmente Francia EEUU, para castigar a la primera república de esclavos negros liberados en el hemisferio occidental que lograra su independencia (la única exitosa revuelta de esclavos en la historia moderna) y que amenazaba con propagar el "cáncer de la libertad" individual por el mundo, haciéndoles perder los enormes recursos económicos que obtenían indecentemente. 

(...)