3 abr 2015

La Costa del Sur II

Es Semana Santa y con ello días de recogimiento religioso y procesiones por todas las ciudades y pueblos dominicanos, pero por otro lado renace de sus raíces como todos los años en esta época el Carnaval Cimarrón (o tradicional "de los Bateyes"). En varias comunidades del suroeste dominicano, desde muchos años atrás, todos los viernes de Cuaresma hasta el domingo de Resurrección mayores, jóvenes y niños salen a las calles de sus localidades disfrazados de demonios utilizando látigos para "atemorizar" a los más pequeños, y algunos no tan jóvenes. Es la oposición al carnaval occidental traído por los españoles pues se celebra en unas fechas no común ni aprobada por la iglesia cristiana. Se trata de una creación original y una expresión cultural concebida por el propio pueblo con unas características en las que prevalece, como en Haiti (allí también se celebra), la herencia africana.
Es a su vez la "festividad por la llegada de la Primavera", el anuncio de que las aguas "preñarán" la tierra y producirá sus frutos y alimentos, en una estrecha relación entre las místicas fuerzas sobrenaturales, los mortales y la naturaleza.
En la zona occidental, la más cercana a Haiticomunidades de Santa Cruz de Barahona, Elias Piña, Cabral, Matayaya, San Juan de la Maguana... han desarrollado desde sus comienzos sus fiestas más importantes fuera del círculo religioso. Aunque los eclesiásticos intentaron desde un principio desvirtuarlo al sustituir los cultos animistas por la imaginaria cristiana en muchos bateyes aún se bailan ritmos gagas de orígenes africanos (expresión mágico-religiosa que contagia y se apropia de los participantes), y se entra en trance mediante el constante resonar de tambores.
Tras descansar unos días en aguas caribeñas continúo mi itinerario de viaje. Desde Boca Chica tomé una guagua hasta la capital (60P.y luego otra de la empresa Sinchomiba (230P./3,5h.) hasta Barahona.
Me he quedado en el hotel el Cacique (800P) en una de las calles principales (J. F. Peña Gomez) que lleva hasta el malecón donde se encuentran sus feas y mal cuidadas playitas de ciudad.
La primera tarea que hice nada mas llegar fue darme un salto rápido a Cabral, mi último destino de viaje (la próxima semana), para contactar con algún hotel o casa particular y asegurarme alguna habitación ya que los tres hoteles que allí hay no tienen publicado sus teléfonos y no había forma de comunicarme con ellos. De esta manera podría continuar mi viaje con toda tranquilidad sabiendo que podré ver y disfrutar in situ la festividad de las afamadas Cachúas de Cabral actuando por sus calles en Semana Santa.
Mientras me dirigía a Cabral conocí en la guagua a Marisa, una vecina que me presentó en el pueblo a un Concho amigo de ella para que me llevara al hostal de Dña. Demi, cerca de la Plaza Central donde se van a llevar a cabo todo el desarrollo de un evento que durará desde el Viernes Santo hasta el Lunes por la noche, cuando tras visitar las Cachúas en el cementerio, foete en mano, a los miembros fallecidos y allí enterrados queman una imagen de Judas mientras la arrastran y la azotan por las calles adyacentes.
Tuve la enorme suerte de conseguir la última habitación que quedaba en el hotel K'Nero (700P) de las cinco que compone el establecimiento. 
De vuelta a Barahona y preguntando por las actividades que se estaban celebrando ese fin de semana pude conocer al maestro de baile D. Gustavo Díaz (Sombolo) miembro del comité organizador de las fiestas. Estuvimos charlando un largo tiempo en su casa sobre la historia y el significado de los carnavales de esta parte del país y qué actos se iban a llevar a cabo todos estos días.
Primeramente, esa misma tarde, se llevaría a cabo el desfile tradicional Cimarrón en La Ciénaga, un pueblo costero de pescadores a 20kms. que está también de fiestas como Barahona.
El domingo 29 habría un desfile de Carnaval por la avenida del Malecón con la participación de muchos grupos invitados de todo el país.
El Viernes 3, de Semana Santa, a las 00:01 sería el "Levantamiento de la Silla", en Villa Central, que da paso al comienzo del Carnaval Cimarrón en la Provincia de Barahona. Temeroso de que me sucediera algo por ser extranjero me aconsejó no asistir ya que en este barrio habita una comunidad extremadamente pobre y "algo desequilibrada" cuando toman alcohol. Me comentó que hace años que dejó de acudir por la inseguridad que puede haber y principalmente lo suelen sufrir los que no son del pueblo.
Durante toda la noche y hasta el amanecer las bandas Gagas van recorriendo las calles del poblado cantando y bailando al ritmo que marcan los instrumentos hechos por ellos mismos como Tambores de varias formas y tamaños, Trompetas de estaño, Tubos de PVC que emiten un sonido duro y hueco, Raspadores metálicos, pitos y otros instrumentos mezclando las costumbres haitianas como el vudú con los rituales religiosos dominicanos traídos por los españoles.
Al día siguiente los componentes que representan a los barrios de San Elías y San Miguel (parece ser que se pelean siempre que salen a las calles a causa de qué Santo tiene más devotos) irán casa por casa en busca de sus componentes y seguidores y al atardecer llegan al Centro del Batey donde realizan los encuentros tradicionales. A quienes hallen por el camino irán a "darles la bendición" a cambio de la aportación económica pertinente. En muchas ocasiones ante la negativa se enfadan y llegan a ser violentos. Muchos asitentes llevan bastante monedas para los pagos.
Esa misma tarde acudí a La Ciénaga en guagua local -una destartalada furgoneta Hiunday- para ver el desfile por las calles del pueblo y participar en su fiesta.
Aunque no es muy diferente a lo que he visto, y poco de tradicional le queda ya, el pasacalle fue muy colorido y participativo por parte de los vecinos. Los trajes eran de excelente calidad en diseño y colores. Me llamó mucho la atención "los pintaos" un grupo de jovencitos casi desnudos completamente manchados de pintura de colores, comparsas de Roba Gallinas, Diablos Cojuelos, Africanos, Travestis...
Concluiría en un gran escenario para conciertos donde puestos de bebidas facilitaba el ambiente a un gran número de asistentes. Los Colmados aprovechando para hacer sus beneficios en esta época al igual que algunas vecinas sentadas en las puertas de sus casas vendiendo comida; vendedores de máscaras de plásticos y todo tipo de artilugios chinos, de globos con caras de super héroes y dibujos televisivos; vendedores de "palomitas", de frío-frío (hielo picado con concentrado de sabores a frutas y ron) ... .
Desafortunadamente no me pude quedar hasta la noche porque no tendría transporte de vuelta a Barahona, así que marché antes de que oscureciera dejando atrás tremendo jolgorio.
En Barahona todas las noches los chiringuitos montados por la cerveza nacional Presidente, Ron Brugal, Colmados y la terrazas del Malecón se llenaban de gente con ganas de música, aunque muy pocos bailando. Al igual que en Cuba prima más "el dejarse ver, el postureo y la ropita mona" que pintarse un poco la cara o ponerse "un algo" de Carnaval. Todos charlando, vaso de plástico, refresco y botella de Ron Brugal en mano y los más jodelones, los moteros, pasando junto al mogollón de gente realizando acelerones y filigranas para hacerse notar entre la multitud que los observaba.
A las 12 de la noche deben cerrar los bares y terrazas, menos los sábados, y los más fiesteros que se han quedado hasta el final tiran hacia las discos de moda para continuar la marcha. Se nota que no hay turistas y que son los jóvenes los que manejan la noche en esta ciudad. 
El domingo por la tarde se llevó acabo el gran desfile de la ciudad, desarrollándose a través de la avenida Enriquillodesde el Bulevar del Malecón hasta el escenario cerca del hotel Caribe
Desde temprano muchos participantes acudieron a las dos playas lindantes a la ciudad a pasar el día para luego comenzar a vestirse en el malecón. Otros llegaban en guaguas contratadas por las agrupaciones. Hasta aquí se desplazaron muchos grupos de distintas provincias. 
No fue tan concurrido como en Sto. Domingo pero muchos vinieron desde muy lejos invitados por la organización. Cada grupo, como viene siendo norma general en todos los desfiles, desplegó sus habilidades delante del escenario donde estaban los jueces que premiarían a los más originales y las mejores coreografías.
Por la noche continuó la gente de fiesta hasta muy tarde. Ron y Cervezas animaban a una gran cantidad de asistentes. Hubieron varias peleas, parece que también es habitual, y la policía volvió a actuar disparando con sus armas al aire y disolviendo a los grupos violentos.
Una vez acabada las fiestas en Barahona he decidido continuar hacia el oeste y pasar unos días en Pedernales para visitar Bahía de las Aguilas, una playa salvaje de casi 7kms. de larga dentro del Parque Nacional Jaragua donde viven especies autóctonas como las iguanas rinocerontes (una especie en extinción), manatíes y las tortugas Carey que éstas últimas noches parece ser que se están acercando a desovar en su orilla.
La carretera comarcal 44 continúa hacia el suroeste paralela al mar en esta península de costas de sumersión donde la plataforma marina se ensancha con aguas poco profundas que resultan magníficos criaderos de peces y crustáceos. Pasa por playas que se caracterizan por ser de guijarros como Saladilla, San Rafael, Los Patos, Paraíso, y otras casi inaccesibles en apacible soledad, lugares casi exclusivos pues no acude casi nadie a bañarse, excepto los fines de semanas y feriados (festivos). Podría ser perfectamente el típico fondo tropical para esas fotos que recorren el mundo en las famosas revistas de viajes y de moda. Sus arrecifes coralinos están sumergido en el agua de mar mas cristalino del mundo. 
La carretera acaba en Pedernales, la última ciudad al suroeste del país frontera con Anse-a-Pitre (Haiti), donde se encuentra la barrera fronteriza que todos los lunes y viernes abren para dar paso libre a todos los que quieran hacer compras en los mercados instalados a ambos lados. Hay que regresar antes del atardecer que es cuando la vuelven a cerrar.
Esta bonita ciudad tiene un ordenado trazado de calles anchas y muy limpias, casas de madera pintadas con luminosos colores junto a otras de nueva construcción, y muy poco tráfico. Por fin puedo encontrar depósitos para la basura en este país!. 
Me he quedado en el Hostal Doña Chava (850P), un establecimiento ecoturístico con 21 habitaciones, bar-restaurante y zonas comunes con elementos naturales como el bambú y la madera, asientos de mimbre..., resultando un espacio íntimo y muy tranquilo, bien cuidado, con un pequeño jardín central con hermosas plantas autóctonas, algunos árboles y una enorme palmera real. Es frecuentado por biólogos, naturalistas, conservacionistas y mochileros amantes de la naturaleza. Todas las habitaciones tienen baños privados y están disponibles con o sin aire acondicionado y un ventilador de techo (abanico).
Suelen organizar algunas excursiones dependiendo de la cantidad de interesados. Como no había en esos momentos nadie más que quisiera visitar Bahía de las Aguilas me consiguieron un guía con moto (2.000P/6h.). Una excelente excursión a través del parque nacional que se caracteriza por albergar sorprendentes masas forestales, llamativa flora y fauna
El viaje en moto no es nada cansino, es más natural pues se está en plena naturaleza, y se puede realizar cuantas paradas se necesiten para tomar fotos u observar entre otras singularidades diferentes hoquedades en terrenos de rocas calizas cubiertos por agua con baja salinidad procedente de los acuíferos y del mar, un agua que nunca se acaba -siempre está lleno-, y con una morfología de afilados picos (dientes de perro). Las vacas que por ahí andan sueltas acuden a beber y les sirve de también de cura por las sales minerales que contienen. Y es que esta zona hace miles de años estaba atravesada por un ancho canal marítimo que llegada hasta Haiti. Los diversos desplazamientos tectónicos han creado diferentes lagunas saladas con una gran biodiversidad única en la isla. 
En zonas inundadas habitan cuatro especie diferentes de mangle: el blanco, el rojo, el negro y el botón.
A 12kms. aprox. de Pedernales se sale de la carretera en sentido hacia la costa, dirección Cabo RojoPrimeramente hay que atravesar terrenos de tierra roja intensa, ricos en alúmina, donde se extrae gran cantidad de Bauxita, propiedad de la compañía americana Alcoa que está extrayendo diariamente toneladas de este material para exportarlo en barcos hacia EEUU.. Se pasa el muelle de la empresa y luego por la carretera a Cueva Pescadores se llega al poblado Las Cuevas donde muchos turistas optan por subirse a una embarcación de los pescadores (1.500Ppara tener otra visión de la costa desde el mar.
Las barcas salen del pequeño pantalán del restaurante Rancho Las Cuevas de las Aguilas -con precios europeos- hacia la playa de la bahía. Algunas excursiones turísticas incluyen un almuerzo en el restaurante.
Lo que antes fue una pequeña comunidad de pescadores que vivían en unas cuevas naturales, ahora han sido trasladados a casitas de madera para permitir el comienzo del desarrollo ecoturístico de la zona. Ellos mismos están trabajando en el entorno para mejorar aún más su imagen. Se espera que en poco tiempo se construya varios establecimientos turísticos. Evidentemente que entonces la vida de los pescadores cambiarán definitivamente. A saber cómo!
A partir de ahí la carretera es muy pendiente para algunos vehículos y comienza el área protegida donde no está permitido acampar, hacer fogatas, ni la música ni el jolgorio. Es un lugar para disfrutar del entorno. Los guardas del Parque, emisoras en mano, protegen celosamente el cumplimiento de las normas. Nadie pasa sin haber sido controlado. Hay que pagar 100P./persona por el derecho de disfrute.
En tierra es posible ver Palomas Coronitas y Cenizasmasas forestales de Cactus, árboles espinosos, Matorrales, Plantas exclusivas de la zona como la Canelilla, el Guanito y la Cacheíto, una hermosa palmera endémica que crece sobre sustrato de roca caliza. Presenta cerca de la copa una especie de barriga en forma de botella, da frutos rojos que sirven de alimento a las cotorras y algunos mamíferos. Conviven también con el Guayacán, el Roble, el Gayuco y la Guazábara.
En su orilla de finísima arena blanca coralina crecen diferentes tipos de arbustos marinos y es ahí donde las tortugas Carey  depositan sus huevos por la noche. En sus aguas abundan corales, estrellas de mar, lambíes, Gorgonias, y  praderas marinas.
Por su gran biodiversidad el parque fue declarado por la UNESCO Reserva de la Biosfera en 2002 .
No hay sombrillas donde protegerse, tan sólo la sombra que puedan dar los arbustos de la orilla. El calor es insoportable pero el paisaje, la límpida agua turquesa debido a la poca profundidad y el blanco radiante de la arena, hace que el visitante lo disfrute con tremenda satisfacción por encontrarse en un entorno sin igual . Zambullirse en esta playa es un extraordinario deleite.
De vuelta visitamos una profunda cueva, Jinagosa, en estado precario porque nadie la cuida al estar dentro de la propiedad privada de un viejillo de la zona, donde dicen se escondió el Cacique Enriquillo huyendo de los españoles y que posiblemente atraviese toda la cordillera por muchos kilómetros.
Durante los días que me he quedado en el hostal intenté encontrar más gente para hacer grupo e ir a Laguna de Oviedo, una laguna con una superfiecie de 28kms2 y 1,5mts. de profundidadcon una concentración de sal tres veces mayor a la del mar, donde habitan aves migratorias y nativas, iguanas y peces endémicos, así como una exuberante vegetación y amplios manglares, pero no encontré a nadie interesado en algo que no fuera ir a bañarse a Bahía de las Aguilas. Es necesario alquilar una embarcación para pasearse por su interior.
Por las tardes estos días previo a Semana Santa hay más movimiento de lo normal en Pedernales, tanto en la Plaza Central donde hay varios puestos con música, Colmados y algunos restaurantes, como en el Maleconcito, un balcón al mar que apenas supera los 20mts., donde también hay puestos ambulantes con comida y música. La gente viene a charlar y a beber cervezas muy frías. Mesas, sillas y la música a todo sonar animan a la gente que por aquí se reúnen.
Poco a poco van llegando a esta pequeña ciudad más y más grupos de dominicanos en sus carros para vacacionar este largo fin de semana y disfrutar de sus playas y su río, donde han instalado varios puestos de comida y bebidas, música -por supuesto-, bajo la sombra de los árboles. A penas he visto algunos pocos extranjeros pasar por aquí, y es que la distancia que se encuentra de los principales focos turísticos la hace lejana para muchos de ellos. Tampoco le están dando un reclamo especial como para realizar más de 5 horas de carretera.